En un giro doctrinal inesperado, el cardenal Víctor Manuel Fernández, Prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, ha afirmado que las personas transexuales ahora pueden ser padrinos de bautismo, desafiando las enseñanzas previas de la Iglesia. Esta declaración se produjo como respuesta a una carta del obispo de Santo Amaro en Brasil, Mons. José Negri, que buscaba claridad sobre la participación en los sacramentos del bautismo y el matrimonio por parte de personas transexuales.
Esta nueva interpretación contradice directamente las posiciones previas sostenidas por la Congregación para la Doctrina de la Fe, que había prohibido explícitamente la admisión de personas transexuales como padrinos de bautismo. En una consulta realizada en 2015 por el obispo de Cádiz, la respuesta fue categórica en su rechazo a permitir a personas transexuales ser padrinos de bautismo, argumentando que su condición revela una actitud contraria a las exigencias morales de vivir de acuerdo con la verdad de su sexo biológico.
Sin embargo, el cardenal Fernández ha marcado un cambio significativo en esta posición. Aunque no se han proporcionado detalles específicos sobre las condiciones bajo las cuales se llevará a cabo el bautismo de personas transexuales, el simple hecho de permitir su participación en este sacramento marca un cambio importante en la práctica eclesiástica.
Este cambio ha generado debate y discusión en la comunidad católica, con algunos elogiando la inclusión y otros cuestionando la coherencia con las enseñanzas tradicionales. La decisión también plantea preguntas sobre cómo se integrarán estas nuevas prácticas en las estructuras doctrinales existentes de la Iglesia Católica. La noticia continúa siendo objeto de análisis y reflexión dentro de la comunidad católica mundial.