La pequeña Indi Gregory, de apenas 8 meses, ha fallecido en un hospicio británico a la 1:45 de la madrugada del lunes 13 de noviembre. La niña padecía una grave enfermedad mitocondrial desde su nacimiento, considerada incurable por los médicos británicos. A pesar de los esfuerzos de sus padres, Dean Gregory y Clare, el Tribunal Superior de Londres había negado el traslado de Indi al hospital Bambino Gesù en Italia, incluso después de que Italia le concediera la nacionalidad el 6 de noviembre.
El padre, Dean Gregory, compartió la triste noticia y expresó su dolor a los medios de comunicación. «Mi hija ha muerto, mi vida se ha acabado», dijo. Dean y Clare Gregory expresaron su enfado, desconsuelo y vergüenza ante las decisiones del sistema de salud británico y los tribunales. Señalaron que no solo se le negó a Indi la oportunidad de vivir, sino también la dignidad de morir en su hogar. Lamentaron que las autoridades les arrebataran la oportunidad de darle un adiós digno.
La historia de Indi ha suscitado conmoción a nivel mundial, y diversas muestras de condolencia han llegado a la familia, incluido el Papa Francisco. La Oficina de Prensa del Vaticano informó que el Papa rezó por la familia Gregory, expresando su solidaridad y dirigiendo sus pensamientos a todos los niños que sufren a causa de enfermedades o conflictos en el mundo.
La lucha de los padres por el bienestar de su hija, la negativa de los tribunales y el desenlace trágico de la historia de Indi subrayan los desafíos éticos y morales que a veces enfrentan las familias en situaciones médicas difíciles, planteando preguntas sobre la toma de decisiones y el respeto a la dignidad humana.
Fuente: Vatican News
