Lun. May 6th, 2024

Hoy, 19 de septiembre, miles de fieles se reunieron en la Catedral de Nápoles, Italia, para ser testigos de un fenómeno asombroso que ha ocurrido durante siglos. Se trata del milagro de la licuefacción de la sangre de San Genaro, un prodigio que desafía la explicación científica y que se repite tres veces al año, en esta fecha, en mayo y en diciembre.

El Arzobispo de Nápoles, Mons. Domenico Battaglia, presidió la Eucaristía en la Catedral, donde se llevó a cabo el milagro. Antes de la Misa, trasladó el relicario que contiene la sangre de San Genaro desde la capilla del tesoro hasta el altar mayor de la Catedral, donde permaneció durante toda la celebración.

Durante su homilía, Mons. Battaglia destacó la importancia de la unidad y la colaboración, afirmando que «el milagro más grande solo lo podemos hacer juntos». Animó a la comunidad a «reconstruir puentes» y a trabajar por la justicia y la paz. Además, instó a hacer de Nápoles «un lugar de vida y perdón», y solicitó la intercesión de San Genaro, cuya licuefacción de sangre definió como una «muestra de su fidelidad a Cristo».

El fenómeno de la licuefacción de la sangre de San Genaro se ha mantenido inexplicable desde su primera observación en el año 1389. Una pequeña masa de sangre seca contenida en una ampolla de vidrio se convierte en líquida en determinadas ocasiones, sin intervención física ni química. Este hecho se reconoce universalmente como un milagro.

La sangre de San Genaro se vuelve líquida en tres ocasiones específicas: en el día de la traslación de sus restos a Nápoles, en su fiesta litúrgica el 19 de septiembre, y cuando los devotos agradecen su intercesión por la erupción del volcán Vesubio en 1631. Durante estos eventos, el obispo de la ciudad o un sacerdote en su nombre presenta el relicario con la sangre frente a la urna que contiene el cráneo del santo. Pasado un tiempo, la masa de sangre se vuelve líquida, y el sacerdote anuncia el milagro ante los fieles congregados.

A pesar de los siglos de observación, la licuefacción de la sangre de San Genaro sigue siendo un misterio que despierta la devoción y la fascinación de creyentes y escépticos por igual. Cada año, la Catedral de Nápoles se llena de fieles ansiosos de ser testigos de este prodigio, que continúa siendo un enigma sin explicación científica.


Fuente: Aciprensa