Vie. Mar 29th, 2024

El 20 de septiembre de 1918, hace 104 años, el Santo Padre Pío de Pietrelcina recibió los estigmas de Cristo. Tres años después, en 1921, San Pío de Pietrelcina narró la historia sobre cómo aparecieron los estigmas en su cuerpo. “El 20 de septiembre de 1918, luego de la celebración de la Misa, mientras estaba en el debido agradecimiento en el Coro, repentinamente fui preso de un temblor, luego me llegó la calma y vi a Nuestro Señor en la actitud de quien está en la cruz, pero no vi si tenía la cruz, lamentándose de la mala correspondencia de los hombres, especialmente de los consagrados a Él que son sus favoritos”, dijo el santo según Castelli. En esto, continuó el Padre Pío, “se manifestaba que Él sufría y deseaba asociar las almas a su Pasión”.

El relato del Padre Pío se dio en respuesta a algunas de las 142 preguntas que le hizo Mons. Carlo Raffaelle Rossi en 1921 por encargo del Santo Oficio, un dicasterio vaticano que años después se convertiría en la actual Congregación para la Doctrina de la Fe. Mons. Rossi, explica Castelli, también examinó cada una de las heridas del Padre Pío y le iba preguntando algunos detalles.

“Sobre las llagas, el Padre Pío me daba respuestas precisas y detalladas, explicando además que las llagas de los pies y del costado tenían un aspecto iridiscente”. La investigación de Mons. Rossi comenzó el 14 de junio de 1921 y duró ocho días, tras lo cual pudo comprobar que los elementos distintivos “de los verdaderos estigmas se encontrarían en los del Padre Pío”. Además, el Prelado pudo oler un perfume especial que emanaban las heridas, hecho que ayudaba a comprobar el hecho como cierto.

Los estigmas

Los estigmas, además, son la reproducción exacta de las llagas de Jesús, según los estudios de la Sábana Santa o Síndone que según la tradición habría envuelto el cuerpo de Cristo. Algunos de los más famosos son San Francisco de Asís, Santa Catalina de Siena, Santa Catalina de Ricci, San Juan de Dios, la Beata Anne Catherine Emmerich, entre otros.


Fuente: Aciprensa

Redacción: Natalia Monroy