“He abierto los ojos y veía perfectamente”; estas son las palabras de Jimena, la niña española de 16 años que asegura haber recobrado la vista milagrosamente tras recibir la Sagrada Eucaristía en Fátima (Portugal), durante una Misa en la JMJ.
La increíble historia de este posible milagro ha conmovido los corazones y colmado de esperanza a todos los que han seguido durante estos días el encuentro que ha reunido a más de un millón de jóvenes junto al Papa Francisco en la capital portuguesa.
El pasado sábado 5 de agosto, en el santuario de Fátima, en Portugal, se produjo un evento que ha conmovido a muchas personas y ha fortalecido la fe de quienes lo presenciaron. Jimena, una joven española de 16 años, afirma haber recuperado la vista en medio de una Misa, un momento que su padre describe como «un salto en la fe» y un «regalo de la Virgen María para la JMJ».
El padre de Jimena compartió con humildad y emoción los detalles de esta sorprendente experiencia. Todo comenzó con la afirmación de su hija de haberse curado de un grave problema ocular que los médicos habían considerado incurable. Jimena había comulgado y rezado una novena a la Virgen de las Nieves antes de experimentar esta transformación en su salud visual.
El padre de Jimena relató cómo recibió la noticia por teléfono: «Prácticamente no hablamos, ella estaba llorando, solo nos dijo ‘que veo, que veo’. Luego nos llamó el cura que había celebrado la Misa para contarnos un poco más de detalles. Es una alegría increíble».
La joven había estado sufriendo de un problema ocular llamado «espasmo de acomodación» durante más de dos años. Este problema había afectado gravemente su visión y los médicos habían intentado tratamientos sin éxito. Jimena y su familia buscaron soluciones en diferentes direcciones, incluido un tratamiento en Japón. Sin embargo, fue la fe y la devoción a la Virgen lo que finalmente llevó a esta inesperada curación.
La historia se enriquece con la participación de miles de personas que se unieron en una novena a la Virgen de las Nieves del 28 de julio al 5 de agosto. El padre de Jimena describió cómo esta novena se expandió y se convirtió en una experiencia compartida por cientos de personas, y cómo fue el resultado de la fe colectiva lo que finalmente condujo a la recuperación de la vista de Jimena.
Este evento extraordinario ha generado un sentido de asombro y gratitud en la familia de Jimena y en quienes han escuchado su historia. Para ellos, esta curación milagrosa es un recordatorio de la importancia de la fe, la oración y la confianza en la intercesión de la Virgen María.
El padre de Jimena reflexionó sobre la amplitud del impacto de este milagro, compartiendo: «Creo que parte de lo bonito de un milagro es que no sea exclusivo para una persona o una familia, sino que sea lo más grande posible. Y en este sentido, también se nos ha ido de las manos. Ya ha traspasado fronteras».
A pesar de la sorpresa y la emoción que rodean este evento, la familia de Jimena reconoce que no necesitan confirmación adicional. Para ellos, este milagro es una manifestación de la bondad y el amor de la Virgen María, y un recordatorio de que la fe puede mover montañas.
En un mundo donde la duda a menudo nubla la percepción de lo divino, el testimonio de Jimena y su familia resalta la capacidad de la fe para superar los desafíos más difíciles y llevar a cabo verdaderos milagros.
Fuente: Aciprensa
