En la obra próxima a lanzarse en Italia, «Vida. Mi historia a través de la Historia», el Papa Francisco comparte reflexiones íntimas sobre su salud, la responsabilidad eterna de su papado, sus raíces argentinas, y momentos globales trascendentales, incluyendo sus experiencias con íconos del fútbol como Maradona y Messi, y su perspectiva sobre la dictadura en Argentina.
El Santo Padre, en un diálogo revelador con el vaticanista Fabio Marchese, confirma su visión del ministerio petrino como un compromiso vitalicio, mientras abre una ventana a una posibilidad, aunque distante, de renuncia debido a impedimentos físicos severos. «Creo que el ministerio petrino es ad vitam [de por vida] y, por tanto, no veo condiciones para una dimisión», expresa el Papa Francisco, señalando que ya ha preparado una carta de renuncia para tal eventualidad, aunque la considera una hipótesis lejana.
En este relato personal, Francisco imagina un retiro como Obispo emérito de Roma, enfocando sus últimos días en el ministerio pastoral directo, lejos de las complejidades del liderazgo global del Vaticano. Esta obra promete ser una ventana única a la vida y pensamiento de uno de los líderes espirituales más influyentes de nuestra época, explorando su visión del mundo, su fe y su dedicación a la Iglesia, a través de las lentes de la historia personal y global.
“Es cierto que el Vaticano es la última monarquía absoluta de Europa, y que aquí se producen a menudo razonamientos y maniobras cortesanas, pero estos patrones deben abandonarse definitivamente”, refiere el Santo Padre.
En una entrevista concedida al diario ABC de España en diciembre de 2022, el Papa Francisco dijo: “»Yo ya he firmado mi renuncia. Era Tarcisio Bertone, el secretario de Estado».
«Yo la firmé y le dije: ‘En caso de impedimento por cuestiones médicas o qué sé yo, acá está mi renuncia. Ya la tienen’. No sé a quién se la habrá dado el Cardenal Bertone, pero se la di cuando era Secretario de Estado», explicó el Pontífice.
En julio de 2022, en una entrevista con la agencia Reuters, el Papa Francisco comentó sobre una posible renuncia que “no ha entrado en mi cabeza. No por el momento, realmente. Pero llegará el momento en que veré que no puedo hacerlo, lo haré y ese es el gran ejemplo del Papa Benedicto, fue algo muy bueno para la iglesia, dijo a los papas que se detuvieran a tiempo. Es grande, Benedicto».
En esta línea, cuando se le preguntó sobre una eventual renuncia, el Santo Padre respondió: «No sabemos. Dios dirá».
Aunque ya se le ha visto con algunos problemas físicos y de salud, el Santo Padre ve lejana la posibilidad de renunciar, aunque recientemente ha cancelado algunos eventos y ha cedido la lectura de algunos de sus discursos.
“Alguien, a lo largo de los años, tal vez ha esperado que tarde o temprano, quizá después de una hospitalización, hiciera un anuncio de este tipo, pero no existe tal riesgo: gracias al Señor, gozo de buena salud”, señala el Papa Francisco en el libro que saldrá la siguiente semana.
Las críticas, el fútbol y la dictadura en Argentina, entre otros temas que aborda el Papa Francisco
Sobre las críticas que ha recibido, comenta que le dolió el comentario que asegura que está “destruyendo el papado”: En el cónclave de 2013 “había un gran deseo de cambiar las cosas, de abandonar ciertas actitudes que desgraciadamente todavía hoy luchan por desaparecer. Siempre hay quienes intentan frenar las reformas, quienes querrían permanecer inmóviles en la época del Papa-rey”, prosigue.
En el libro, el Papa Francisco también habla de sus abuelos en Italia, de las películas y canciones que lo han acompañado, del aborto, de los vientres de alquiler o la acogida de los homosexuales en la Iglesia, del Papa Benedicto XVI; así como de Diego Armando Maradona, Lionel Messi y su pasión por el fútbol.
Además recuerda la dictadura en su patria, Argentina, donde escondió a tres seminaristas, que con él acogieron “a otros jóvenes en riesgo como ellos, al menos una veintena en dos años” y de su papel en la liberación de dos jesuitas secuestrados por el régimen.
A finales de la década de 1970 y comienzos de 1980, se dio en Argentina la dictadura militar de Jorge Rafael Videla, cuyo régimen secuestró a los sacerdotes Orlando Yorio y Francisco Jalics, a quienes el P. Jorge Mario Bergoglio, entonces superior de los jesuitas de Argentina, ayudó a liberar.
Lo ocurrido fue archivado como «el Caso Yorio-Jalics» y fue utilizado por algunos durante el mandato de la ahora expresidenta Cristina Fernández de Kirchner para atacar al que sería luego Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, como cómplice del régimen, algo que se ha probado como no cierto.
“Las acusaciones contra mí han continuado hasta hace poco. Fue la venganza de algunos que sabían cuánto me oponía a esas atrocidades”.
Fuente: Aciprensa
