Dom. Abr 28th, 2024

En un llamado a la profundización espiritual, el Papa Francisco ha instado a los fieles de todo el mundo a participar activamente en el «Año de la Oración», un periodo especial de reflexión y renovación espiritual que precede al Jubileo del año 2025. Este anuncio se dio tras el rezo del Ángelus, donde el Santo Padre enfatizó la importancia de la oración en la vida personal, comunitaria y mundial.

El «Año de la Oración» representa una oportunidad única para que los creyentes redescubran y revaloricen el poder y la profundidad de la oración en sus vidas. Este periodo de reflexión espiritual no solo es una preparación para el Jubileo de 2025, sino también un momento para fortalecer la fe y la comunidad eclesial en un contexto global.

Para apoyar a los fieles en este camino de oración, el Dicasterio para la Evangelización, uno de los órganos de la Curia Romana, proporcionará diversos recursos y subsidios. Estos materiales están diseñados para guiar a las personas y a las comunidades en su práctica y comprensión de la oración, y para fomentar un compromiso más profundo con la vida espiritual.

El Papa Francisco, conocido por su enfoque pastoral cercano y su énfasis en la misericordia y la compasión, ha destacado que la oración no es solo un acto individual, sino también una fuerza que puede transformar la sociedad y el mundo. A través de la oración, los fieles pueden encontrar consuelo, fortaleza y guía en sus vidas, así como una mayor unidad y solidaridad con los demás.

Este año de oración invita a los católicos y a todos los creyentes a mirar hacia adentro y a fortalecer su relación con Dios, preparándose así para el Jubileo de 2025, un evento que promete ser un momento significativo de celebración y renovación para la Iglesia y para el mundo.

El Pontífice habló en los siguientes términos del Año de la oración:

Los próximos meses nos conducirán a la apertura de la Puerta Santa, con la que comenzaremos el Jubileo. Les pido que intensifiquen la oración para prepararnos a vivir bien este acontecimiento de gracia y experimentar la fuerza de la esperanza de Dios. Por eso comenzamos hoy el Año de la oración, un año dedicado a redescubrir el gran valor y la absoluta necesidad de la oración en la vida personal, en la vida de la Iglesia y en el mundo. Nos ayudarán también los subsidios que el Dicasterio para la Evangelización pondrá a nuestra disposición.

El Papa volvió a referirse a las guerras que tiene lugar en el mundo:

En estos días recemos especialmente por la unidad de los cristianos, y no nos cansemos de invocar al Señor por la paz en Ucrania, en Israel y en Palestina, y en tantas otras partes del mundo: son siempre los más débiles los que sufren la falta de ella. Pienso en los pequeños, en tantísimos niños heridos y asesinados, en los privados de afecto, privados de sueños y de futuro. ¡Sintamos la responsabilidad de rezar y construir la paz para ellos!

Y mostró su pesar por el secuestro de monjas en Haití:

«Con dolor recibí la noticia del secuestro, en Haití, de un grupo de personas, entre ellas seis Religiosas: al pedir encarecidamente su liberación, rezo por la concordia social en el país y llamo a todos a poner fin a las violencias, que tanto sufrimiento causan a esa querida población».