El Arzobispado de Puerto Príncipe ha anunciado con alivio y gratitud la liberación de seis monjas secuestradas en Haití, un suceso que ha conmovido profundamente a la comunidad católica y reafirmado su fe en la providencia divina. El 19 de enero, estas religiosas, junto con otros pasajeros de un autobús, fueron raptadas en un incidente que ha destacado la persistente crisis de seguridad en el país.
En un comunicado lleno de esperanza y fe, emitido el 24 de enero por el P. Marc Henry Siméon, director de comunicación del Arzobispado de Puerto Príncipe, se dio a conocer la feliz noticia. «Celebramos la misericordia de Dios que se ha manifestado en la liberación de nuestras hermanas y compañeros de viaje», expresó el sacerdote.
Este dramático episodio ha sido una prueba de fe para la comunidad de las Hermanas de Santa Ana y la Conferencia Haitiana de Religiosos / Religiosas, así como para toda la Arquidiócesis. «Nuestra fe, puesta a prueba en esta dura circunstancia, ha emergido más fuerte y firme. Dios ha escuchado nuestras fervientes oraciones y ha respondido con su gracia salvadora», continuó el P. Siméon en su mensaje.
El comunicado también reflejó una profunda reflexión espiritual sobre el suceso. «Este momento de prueba nos ha enseñado la importancia de la oración y la confianza en el Señor, quien siempre está cerca de los afligidos y responde al clamor de los necesitados», se lee en el texto.
La Arquidiócesis también ha extendido una plegaria por la nación, expresando un anhelo ferviente por tiempos mejores. «Oramos para que Haití, nuestra amada patria, se libere de las cadenas de la violencia y la inseguridad y avance hacia una era de paz y justicia para todos sus hijos», enfatizó el comunicado.
El P. Siméon concluyó con una invocación a la Virgen María, «Nuestra Señora del Perpetuo Socorro», pidiendo su intercesión para el pueblo de Haití y para que todos se sientan cobijados bajo su manto de protección maternal.
La petición del Papa Francisco, hecha el domingo 21 de enero, para la liberación de las monjas, junto con las oraciones de los obispos latinoamericanos, se vio respondida con este final feliz, recordando a la comunidad católica mundial el poder de la oración y la fe inquebrantable.
Por su parte, Mons. Pierre André Dumas, Obispo de Anse-à-Veau y Miragoâne en Haití, se ofreció a tomar el puesto de las personas secuestradas por una de las bandas armadas que controlan el 80% de Puerto Príncipe, capital del país.
De acuerdo a Associated Press, y según estadísticas de la ONU, en 2023 unas 3.000 personas fueron secuestradas en Haití. En ese grupo hubo varios sacerdotes, religiosas y laicos católicos, que también sufren a causa de la violencia de las bandas criminales.
Fuente: Aciprensa