Lun. May 6th, 2024

En medio de los casi setenta años de conflicto armado que han afectado al país, la Iglesia Católica colombiana ha desempeñado un papel crucial en la promoción de la paz y la reconciliación. A través de diversas comisiones, instituciones y actores, la Iglesia ha trabajado arduamente en la búsqueda de condiciones que favorezcan la construcción de la paz, centrándose en un enfoque humanitario.

Desde diferentes jurisdicciones eclesiásticas, la Iglesia ha participado en procesos de mediación para la liberación de secuestrados por grupos armados ilegales. Asimismo, ha denunciado situaciones de abandono y sufrimiento en comunidades vulnerables, especialmente aquellas ubicadas en las zonas más afectadas por el conflicto. Además, ha estado comprometida con la búsqueda de soluciones negociadas para el conflicto armado.

En la actualidad, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) lidera tres áreas dedicadas a promover esta misión desde el ámbito nacional: el Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas Colombiana, la Comisión de Conciliación Nacional y la Oficina para las Relaciones Iglesia-Estado.

El liderazgo de la Oficina para las Relaciones Iglesia-Estado, dirigida por Monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, ha adquirido una relevancia especial debido a su participación en la mesa de negociaciones entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Junto con otros obispos, Monseñor Henao se ha sumado a esta misión para buscar soluciones encaminadas a detener la violencia y proteger a las comunidades más afectadas por el conflicto.

En una declaración, Monseñor Henao destaca los principios fundamentales que guían la tarea de la Iglesia en esta misión y en otros procesos de diálogo y negociación. El enfoque principal es actuar bajo la doctrina de paz de la Iglesia, fundamentada en el mensaje de Jesucristo, Príncipe de la Paz. Asimismo, la Iglesia adopta una perspectiva pastoral en su labor, buscando acompañar y proteger a las comunidades afectadas por el conflicto.

En el caso de la mesa de negociaciones con el ELN, la Iglesia se presenta como un acompañante permanente y no como un negociador directo. Su papel es el de testigo de excepción, asegurándose de que cualquier acuerdo beneficie a la comunidad y se base en el bien común.

En cuanto al cese al fuego y la participación para la paz, la Iglesia ha sido invitada a formar parte del mecanismo de monitoreo y verificación. Su labor será acompañar, escuchar y prevenir actos de violencia, garantizando la protección de vidas humanas. Este cese al fuego, que comienza con el propósito de evitar acciones agresivas entre el ELN y las Fuerzas Militares del país, se espera que se expanda progresivamente para abarcar otras urgencias y afectaciones a las comunidades.

Además de su participación en las negociaciones con el ELN, la Iglesia también está comprometida en procesos de diálogo con otros grupos armados, como Los Chotas y Los Espartanos en Buenaventura.

Monseñor Henao hace un llamado a la sociedad a estudiar y conocer el documento ‘Hacia una pastoral para la reconciliación y la paz’, publicación de la CEC que sintetiza los principios esenciales para la construcción de la paz y la reconciliación en el contexto nacional. Asimismo, resalta el compromiso humanitario de la Iglesia para lograr una sociedad reconciliada que cumpla plenamente con el mandato del Señor.


Fuente: Conferencia Episcopal de COlombia