Vie. May 17th, 2024

El corazón de la comunidad de Gachalá, en el pintoresco departamento de Cundinamarca, se estremeció junto con la tierra misma cuando un sismo de 6.1 grados sacudió implacablemente la región este jueves. Entre las impactantes imágenes de daños y desorden, destaca la caída de la imponente cruz de metal que adornaba la torre de la iglesia local, dedicada a la Inmaculada Concepción.

La escena es conmovedora: la cruz, que durante años ha sido un símbolo de fe y esperanza para los habitantes de Gachalá, yacía en el suelo, rota pero no vencida. Este emblemático lugar de culto, que ha sido un faro espiritual para la comunidad, sufrió la ira del sismo que también cobró un precio en otras partes del municipio y sus alrededores.

No fue solo la iglesia la que sufrió las consecuencias de la sacudida telúrica. La antena del cuerpo de bomberos de Gachalá también se desplomó, una señal visual del impacto que tuvo el temblor en la infraestructura local. Además, diversos supermercados se vieron afectados, recordándonos la fragilidad de nuestras construcciones frente a la fuerza imparable de la naturaleza.

El reloj marcaba las 12:04 del mediodía cuando la tierra tembló y la cruz se desprendió, marcando un momento que quedará grabado en la memoria colectiva de esta comunidad. El epicentro del sismo se ubicó en el municipio de El Calvario, en el departamento del Meta, en el centro de Colombia. Las autoridades locales informaron que varias viviendas resultaron dañadas, aumentando la preocupación en medio de este inesperado desastre.

El capitán Álvaro Farfán, representante del Cuerpo de Bomberos de Cundinamarca, compartió con CityTV que la caída de la cruz de la iglesia de Gachalá fue uno de los efectos más visibles y dolorosos del sismo. Afortunadamente, hasta el momento no se han reportado daños en otros municipios cercanos, aunque la evaluación de los estragos continúa.

Nicolás García Bustos, el gobernador de Cundinamarca, utilizó las redes sociales para informar a la comunidad sobre la situación. En su mensaje, lamentó que la cúpula de la iglesia también haya sufrido daños, demostrando cómo este sismo ha afectado no solo estructuras materiales, sino también el alma misma de la comunidad.

La fe y la solidaridad se alzan en estos momentos difíciles. A medida que los esfuerzos de recuperación y reconstrucción se ponen en marcha, la comunidad de Gachalá se une para sanar sus heridas y restaurar no solo los edificios dañados, sino también la esperanza que siempre ha brillado en esta tierra. En medio de la adversidad, la cruz caída se convierte en un llamado a la fortaleza y la unidad, recordándonos que la fe es capaz de superar cualquier obstáculo, incluso los más desafiantes movimientos de la tierra.


Fuente: Aciprensa, CityTv, Guavio Noticias