El Papa Francisco, en su audiencia en el vaticano del pasado miércoles 06 de abril, recordó su reciente viaje a Malta, resaltando a la pequeña isla como un sitio estratégico en el Mediterráneo, todo esto con el fin de resaltar la inmigración que va en ascenso con los últimos sucesos que han venido ocurriendo, diciendo lo siguiente: “Cada migrante es una persona con su propia dignidad, sus raíces, su cultura. Cada uno de ellos es portador de una riqueza infinitamente mayor que los problemas que conlleva. Y no olvidemos que Europa estaba hecha de migración”
Así mismo, también aprovechó para, alertar, que en Malta “también sopla el viento del laicismo y la pseudo cultura globalizada basada en el consumismo, el neocapitalismo y el relativismo. También allí, por tanto, es hora de una nueva evangelización» ”. Con todo esto no desaprovecho la oportunidad para hablar sobre la difícil situación que se está viviendo en Ucrania, sin embargo, en lugar de traer un mensaje de alivio y esperanza, dio testimonios de nuevas atrocidades, como la masacre de Bucha, la cual ha afectado a civiles, mujeres y niños inocentes. Con todo lo anterior suplico por el “¡fin de esta guerra! ¡Silencien las armas! ¡Dejen de sembrar muerte y destrucción!”, dijo el Papa.
