Jue. May 2nd, 2024

En el contexto de su reciente visita a Portugal para la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) Lisboa 2023, el Papa Francisco participó en un encuentro con los jesuitas. Durante esta conversación, uno de los participantes planteó una cuestión crucial sobre cómo abordar la formación afectiva y corporal en medio de una sociedad sexualizada y consumista. El diálogo completo de este intercambio fue publicado el lunes 28 de agosto por la revista jesuita La Civiltá Cattolica.

El joven Vasco, miembro de la provincia jesuita y estudiante de filosofía, formuló la pregunta al Papa Francisco. En su interrogante, se indagó sobre si la formación religiosa de la Compañía de Jesús está preparada para enfrentar los desafíos de la sociedad actual, marcada por la sexualización y el consumismo. También, cuestionó cómo se puede garantizar un cuidado adecuado en aspectos afectivos, corporales y sexuales en este contexto.

El Papa Francisco respondió destacando la preocupación por la «mundanidad» espiritual que puede infiltrarse en la vida consagrada. Subrayó la importancia de distinguir entre dialogar con el mundo y sumergirse en la mundanidad. Enfatizó que mientras es vital estar preparados para dialogar con los valores y antivalores del mundo, no se debe sucumbir a la mundanidad que puede comprometer la autenticidad y la integridad religiosa.

El Sumo Pontífice sugirió la lectura de las últimas páginas del libro «Meditación sobre la Iglesia» del P. Henri de Lubac, donde se advierte sobre la peligrosidad de la mundanidad en la Iglesia. Destacó el valor del examen de conciencia propuesto por San Ignacio de Loyola como un recurso espiritual para evaluar los propios impulsos y motivaciones.

El Papa Francisco subrayó la importancia de no esconder los problemas y resaltó la capacidad de la Compañía de Jesús para abordar y discutir los desafíos abiertamente. Además, enfatizó la importancia de cuestionarse constantemente sobre el espíritu que guía las acciones y decisiones.

El Santo Padre manifestó que no le teme a la sociedad sexualizada en sí, sino a cómo uno se relaciona con ella, particularmente en términos de criterios mundanos y promoción personal. Enfatizó que el desafío está en cómo uno se relaciona con estos aspectos mundanos, y destacó la importancia de los valores espirituales y la introspección para navegar en una sociedad influenciada por la sexualización y el consumismo.


Fuente: Aciprensa