Mié. May 1st, 2024

En medio de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que se está llevando a cabo en el Vaticano desde el pasado 4 de octubre, ha surgido un enfoque novedoso y profundamente espiritual: la «Conversación Espiritual». Este método de discernimiento comunitario ha capturado la atención de los participantes, brindando un espacio sagrado para la reflexión y el diálogo en el contexto de la Iglesia Católica.

La Conversación Espiritual se basa en la escucha activa y receptiva, permitiendo un diálogo fraterno y profundo discernimiento. Este enfoque no es nuevo, pero ha ganado prominencia en esta asamblea sinodal. Ya en la Asamblea Plenaria del Episcopado Colombiano, celebrada en julio pasado, los obispos utilizaron esta metodología para explorar el tema de la misericordia.

Esta experiencia compartida de escucha se basa en la voz del Espíritu Santo, fomentando la disposición en oración para entender lo que Dios está comunicando a través de las palabras, la vida y el testimonio de los demás. El objetivo principal es crear un ambiente de confianza y acogida, permitiendo que las personas se expresen con libertad y sinceridad. Esta apertura interior hace que los participantes sean más conscientes de la presencia y la participación del Espíritu Santo en el proceso de compartir y discernir.

En esta primera fase del Sínodo, el Cardenal Luis José Rueda Aparicio y la hermana Gloria Liliana Franco Echeverri, presidenta de la Confederación Caribeña y Latinoamericana de Religiosas y Religiosos, han compartido una mesa de trabajo. La dinámica de la Conversación Espiritual implica la formación de grupos pequeños, cada uno compuesto por 11 o 12 personas de diferentes partes del mundo, organizados según criterios temáticos y de idioma. Cada grupo cuenta con un coordinador y un secretario.

Durante estas sesiones, se plantean preguntas clave para guiar la conversación, enfocándose en las intuiciones que surgen después de leer la síntesis universal del Sínodo. Sin embargo, en este proceso, el foco no está en las ideas, sino en los sentimientos. Cada miembro del grupo comparte los sentimientos experimentados durante sus momentos de oración personal, lo que enriquece la experiencia y profundiza el discernimiento.

La Conversación Espiritual, un método profundamente arraigado en la tradición espiritual de la Iglesia, ha demostrado ser una herramienta valiosa para el discernimiento comunitario en esta XVI Asamblea del Sínodo de los Obispos. A medida que los líderes de la Iglesia continúan inmersos en este proceso sinodal, se espera que esta metodología siga siendo un pilar fundamental para las futuras discusiones y decisiones tomadas en esta asamblea histórica. Los participantes confían en que, a través de la guía del Espíritu Santo y la apertura sincera al diálogo, el Sínodo conduzca a un mayor entendimiento y unidad dentro de la Iglesia Católica.

La conversación se divide en tres rondas en las cuales entre cada ronda hay silencio y oración.

En la primera, los participantes comparten sus sentimientos experimentados durante la oración personal y de lo que piensa y ha traído de su país. En la segunda ronda, se expresa sobre lo que más les llamó la atención y los conmovió. Por último, en la tercera ronda dialogamos juntos a partir de lo que ha surgido previamente para discernir y recoger el fruto de la conversación en el Espíritu: reconocer intuiciones y convergencias; identificar discordancias, obstáculos y nuevas preguntas; dejar que surjan voces proféticas. Es importante que todos puedan sentirse representados por el resultado del trabajo.

El señor Cardenal Luis José Rueda afirmó que “la experiencia sinodal parte de un yo, cuando compartimos lo nuestro, de un tú, cuando valoramos lo que hemos escuchado y de un nosotros para construir en comunidad”.

Además, “Sí nosotros logramos hacer de esa metodología un estilo de las parroquias, de las pequeñas comunidades, de las diócesis, entonces nos dejaremos guiar por el Espíritu santo. La sinodalidad de esa manera se convierte en un estilo de vida; la “Conversación de la Espiritualidad” más que una metodología es una espiritualidad”, añade el presidente del Episcopado Colombiano.

El silencio juega un papel crucial en la “Conversación Espiritual”, permitiendo expresar emociones indecibles y alegrías que trascienden las palabras. El papa Francisco ha subrayado la importancia del silencio en la vida del creyente, en la Iglesia y en el camino hacia la unidad cristiana.

Este enfoque permite que diversas voces y necesidades de la Iglesia sean escuchadas y autorizadas, creando un espacio donde nadie prevalece sobre los demás y se busca la voluntad divina en conjunto.

La implementación de la “Conversación Espiritual” en el Sínodo de la Sinodalidad fortalece el diálogo fraterno y enriquece el proceso de discernimiento en la Iglesia Católica. Este método refleja el espíritu sinodal de caminar juntos, como Pueblo de Dios.

Vea la explicación del Señor Cardenal:  


Fuente: Conferencia Episcopal de colombia