Sáb. Sep 7th, 2024

El párroco de la iglesia católica St. Theresa en Trumbull, P. Brian Gannon, sintió una gran tristeza cuando en marzo de 2020 se enteró que el gobierno había declarado cuarentena por la pandemia. Sin embargo, el sacerdote decidió actuar, y a los diez días estaba sobrevolando la Diócesis de Bridgeport con la Sagrada Eucaristía y rezando el Rosario. “Les dije: ‘Sin importar cuáles sean nuestras tragedias terrenales, la pandemia ha mostrado que siempre tenemos al Señor de nuestro lado’”, señaló a National Catholic Register. “Es como estar en el Arca de Noé: te golpea la tormenta, pero estarás a salvo”, agregó.

 

Muchas parroquias en el país siguieron el ejemplo de la iglesia de St. Theresa, como la parroquia de St. Walter en Roselle en la Diócesis de Joliet que a pesar de las restricciones en el tiempo de Cuaresma y Semana Santa, el sacerdote llevó a Jesús a los barrios locales en una camioneta.

 

Los fieles que sabían de la procesión recibieron de rodillas frente a sus casas a Jesús Eucaristía. El P. Gannon indicó que como los fieles no podían visitar al Señor, Jesús saldría a su encuentro. “Cuando llegábamos, la gente se conmovía hasta las lágrimas”, recordó el director de la administración parroquial, diácono Andrew Gilliland, que acompañó al sacerdote a llevar la Eucaristía.

 

También en la iglesia St. Anne en Gilbert, Arizona, la tecnología ayudó a mantener el nexo con los fieles, con Misas transmitidas en vivo. El párroco, P. Sergio Fita, llevó durante el inicio de la pandemia la Eucaristía a cada familia de la comunidad.

 

En Boonton, New Jersey, el párroco de la iglesia Our Lady of Mount Carmel, P. Daniel O’Mullane, celebró Misas al aire libre en el estacionamiento alquilado de un supermercado local. El P. O’Mullane dijo al Register que durante el pico de la pandemia pasó 15 horas a la semana escuchando confesiones en un cobertizo que el equipo parroquial compró y ensambló.

 

“La necesidad de confesarse no desaparece durante una pandemia”, sino que aumenta, señaló.

 

El P. Gannon señaló que este ha sido un período de “autoexamen” y “purificación”, que ha llevado a una relación más profunda con el Señor. Sin embargo, el sacerdote dijo que es consciente que otros se han alejado de la Iglesia y es ahora el momento de afrontar este nuevo desafío.

 

“Estamos en una encrucijada”, dijo. “Algunos se han acostumbrado a la Misa transmitida en vivo. Sin embargo, el encuentro personal es la clave de nuestra fe y necesitan regresar. Tenemos que ir tras la oveja perdida”, expresó.

 

Fuente: Aciprensa
Nota de la periodista Yojavet Orozco – Guión