La Iglesia en Argentina y toda América Latina se regocija ante la emocionante noticia de la próxima beatificación del Cardenal Eduardo Pironio, un líder eclesiástico argentino de profunda devoción y amor por la Iglesia. La ceremonia de beatificación está programada para el 16 de diciembre en la ciudad de Luján, en la provincia de Buenos Aires.
Desde el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), se expresaron profundos agradecimientos a Dios y al Santo Padre Francisco por este significativo evento. El Cardenal Pironio fue secretario general del CELAM de 1968 a 1972 y luego su presidente de 1972 a 1974. Su contribución fue fundamental en la consolidación del CELAM como un organismo de comunión al servicio de la Iglesia latinoamericana y caribeña. Además, desempeñó un papel crucial como uno de los principales arquitectos de la II Conferencia General de Medellín en 1968, un evento eclesial de gran importancia.
Mons. Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), compartió su alegría por esta «gozosa noticia». En sus palabras, el Cardenal Pironio dejó una marca profunda en la vida de muchos sacerdotes, siendo un guía espiritual y un pastor excepcional. Su humildad, amor apasionado y espíritu de servicio resonaron en sus enseñanzas y predicaciones.
La conexión especial del Cardenal Pironio con Luján agrega un toque único a esta beatificación. Nacido en una familia bendecida por una gracia especial en la ciudad, fue el último de 22 hijos. Su vida sacerdotal, desde su bautismo hasta su ordenación y eventual descanso, estuvo intrínsecamente ligada a Luján. La beatificación, un evento de gran significado espiritual, se llevará a cabo en el mismo lugar que lo vio crecer espiritualmente y donde descansan sus restos.
La beatificación del Cardenal Pironio no solo honra su legado sino que también ilumina el camino para generaciones futuras de fieles, ofreciendo un testimonio vivo de dedicación, humildad y amor por la Iglesia. La Iglesia en Argentina y América Latina espera con anticipación este evento histórico que fortalecerá la fe y el espíritu de comunión en toda la región.