Vie. May 3rd, 2024

En un acto que marca un nuevo capítulo en la lucha por la libertad religiosa y los derechos humanos en Nicaragua, Monseñor Rolando Álvarez, obispo de Matagalpa y administrador apostólico de Estelí, junto a Monseñor Isidoro del Carmen Mora Ortega, dos seminaristas y quince sacerdotes, han sido liberados de la prisión por la dictadura nicaragüense y recibidos como huéspedes de honor en la Diócesis de Roma.

La liberación de estos líderes religiosos, quienes enfrentaron una dura prisión bajo acusaciones del régimen nicaragüense, se produce tras casi dos años de cautiverio para Monseñor Álvarez, quien fue condenado a 26 años de prisión y estuvo bajo arresto domiciliario desde agosto de 2022 antes de ser encarcelado en febrero del año siguiente. Monseñor Mora fue detenido en diciembre del año pasado.

Este gesto significativo ocurre tras la excarcelación de 12 sacerdotes nicaragüenses en octubre del año pasado, quienes también fueron acogidos por la Santa Sede. En este contexto, la decisión del Vaticano de recibir a estos hombres de fe refleja su inquebrantable compromiso con la protección de los derechos de los religiosos y la promoción de la justicia.

Las primeras imágenes de Monseñor Álvarez en Roma, que muestran a un hombre visiblemente más delgado pero con una sonrisa esperanzadora, han conmovido a la comunidad católica mundial. En una de las fotografías, se le ve acompañado por otros sacerdotes, mientras que en otra imagen celebra misa junto a Monseñor Mora, obispo de Siuna.

Estos acontecimientos representan un alivio para muchos fieles y defensores de los derechos humanos, al tiempo que ponen de manifiesto las complejas tensiones entre la Iglesia y el gobierno nicaragüense. La acogida de estos religiosos por parte de la Diócesis de Roma es un poderoso gesto de solidaridad y apoyo, reafirmando el compromiso de la Iglesia con la justicia y la libertad religiosa.

El episodio ha suscitado diversas reacciones a nivel internacional, destacando la importancia de la diplomacia y el diálogo en situaciones de conflicto y opresión. La comunidad internacional observa con atención este desarrollo, esperando que sea un paso hacia una mayor tolerancia y respeto por los derechos humanos en Nicaragua.

Los medios afines a la oposición a dictadura califican la acción como un «destierro». Por otro lado, el régimen presenta la situación de la siguiente manera:

«La Presidencia de la República, el Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional y el Pueblo de Nicaragua, agradecemos profundamente al Santo Padre, Papa Francisco; a la Secretaría de Estado de la Santa Sede; a su titular, cardenal, su eminencia reverendísima, Pietro Parolin, y a su equipo de trabajo, por las muy respetuosas y discretas coordinaciones realizadas para hacer posible el viaje hacia el Vaticano de dos obispos, quince sacerdotes y dos seminaristas»

Mons Baez, obispo auxiliar de Managua, que fue el primer prelado en ser oblibado a salir del país, informó de la liberación de los obispos, aseguradno que la dictadura criminal de Ortega ha cedido ante el poder de Dios: