Jue. May 2nd, 2024

La Iglesia Católica colombiana se prepara para asumir un importante rol en el proceso de monitoreo del Cese al Fuego Bilateral, Nacional y Temporal (CFBNT) acordado entre el Gobierno Nacional y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Como parte de su compromiso adquirido durante el cuarto ciclo de negociaciones con la guerrilla, se llevó a cabo un encuentro de formación en el municipio de Tame, Arauca, para profundizar en el protocolo y los principios que guiarán su labor de monitoreo.

El obispo de Arauca, monseñor Jaime Cristóbal Abril González, junto a cerca de 20 delegados de su diócesis y de la Diócesis de Yopal, participaron en este importante encuentro donde se enfatizó el enfoque pastoral y humanitario bajo el cual la Iglesia ejercerá su misión de monitoreo del cese al fuego. La identidad pastoral de la Iglesia y su doctrina en el ámbito de la paz serán pilares fundamentales para desarrollar esta tarea.

Estos espacios de formación también se llevaron a cabo la semana anterior en el departamento del Chocó, donde se congregaron delegados de las diócesis de Quibdó e Istmina-Tadó, bajo la guía de monseñor Mario de Jesús Álvarez, pastor de ambas jurisdicciones, y con la participación de agentes pastorales de la diócesis de Pereira.

Los talleres cuentan con el apoyo y participación de la Misión de Verificación de Naciones Unidas y el equipo del Representante Especial del Secretario General de Naciones Unidas en Colombia, Carlos Ruiz Massieu. El servicio que prestará la Iglesia en el Mecanismo de Veeduría, Monitoreo y Verificación (MVMV) estará enfocado en la protección y el fortalecimiento del proceso de diálogo, buscando evitar y prevenir accidentes y proteger a la población, especialmente a los más vulnerables.

Según la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), el mecanismo se implementará en nueve regiones del país, incluyendo las arquidiócesis de Cali, Medellín y Bucaramanga, y las diócesis de Arauca, Quibdó, Valledupar, Pasto, Soacha y Cúcuta, donde también se llevarán a cabo estos espacios de formación. La Iglesia asume este compromiso con la convicción de ser un actor clave en la construcción de la paz y la protección de los derechos humanos en medio de un contexto de diálogo y búsqueda de soluciones para el país.


Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia