Jue. Mar 28th, 2024

El Arcángel San Miguel, apareció por primera vez a Diego Lázaro de San Francisco, el 25 de abril de 1631 en el pueblo de San Bernabé Capula, en el municipio de Natívitas, estado de Tlaxcala en México. Esta sería la primera, de las tres apariciones que realizó ese mismo año a Diego, el cual tenía aproximadamente 17 años.

 

De acuerdo a la tradición, el Arcángel de San Miguel se le apareció al joven Diego mientras éste participaba en una procesión por la Fiesta de San Marcos.

 

En ese encuentro, el Arcángel le dijo al joven: “Has de saber hijo mío, que yo soy San Miguel Arcángel. Vengo a decirte que es voluntad de Dios y mía que digas a los de este pueblo y su contorno, que en esta quebrada que hacen dos cerros y es aquella que esta frente a este lugar, hallarán una fuente de agua milagrosa para todas las enfermedades, la cual está debajo de una peña muy grande. No dudes de lo que te digo, ni dejes de hacer lo que te mando”.

 

Sin embargo, Diego dudó de la aparición y, temiendo que no le creyeran, decidió no hacer lo que le dijo el Arcángel. En castigo de su desobediencia”, al joven “le sobrevino una mortal calentura en las entrañas”.Gravemente enfermo, en la medianoche del 7 al 8 de mayo de 1631, el Arcángel se le apareció nuevamente a Diego, lo sanó y lo llevó al lugar donde habría de ser levantado el Santuario. Una tercera aparición se realizó el 13 de noviembre.

 

El joven recogió agua de la fuente y la llevó ante el Obispo local, que a su vez, como parte de su investigación de la aparición, la repartió entre algunos enfermos. Según la tradición, aquellos que bebieron de esa agua quedaron curados.

 

Algunos años más tarde, el entonces Obispo de Puebla, el Beato Juan de Palafox, ordenó construir el actual Santuario de San Miguel del Milagro.

 

En la localidad, este acontecimiento se recuerda con grandes festejos, especialmente el 29 de septiembre, en la fiesta litúrgica de los Santos Arcángeles Miguel, Rafael y Gabriel.

 

Algunos peregrinan al santuario caminando durante días, mientras que otros usan bicicletas o llegan en autobuses, en multitudes y siempre con un profunda ambiente de oración.

 

Fuente: Aciprensa

Redacción: Natalia Monroy