Vie. Abr 19th, 2024

Muchas veces escuchamos decir que adoramos a la Virgen María. Algunos no entienden por qué rezamos frente a imágenes de la Virgen o de los santos, cuando «la Biblia lo prohíbe».

Adoración

«Adorar a Dios es reconocer, en el respeto y la sumisión absoluta, la «nada de la criatura», que solo existe por Dios es alabarlo, exaltarle y humillarse a sí mismo, como hace María en el Magnificat, confesando con gratitud que él ha hecho grandes cosas y que su nombre es santo» .

Veneración

Por otro lado, la veneración destinada a la Virgen María, a los santos o a los bienes materiales que a ellos les pertenecen, no tiene como fin a ellos mismos, sino a Dios. Como católicos veneramos a la Virgen María, conocida como «hiperdulía», en razón de la excelencia de sus virtudes por sobre los demás santos. Del mismo modo, los católicos amamos a la Virgen María, independientemente de que esté o no en una imagen, porque Ella nos conduce a Dios. Por esto te recomiendo el curso online «Conocer a María para vivir con María».

  • Es madre nuestra

Jesús nos deja a María como nuestra madre. Siendo Juan el modelo de todo discípulo, nos enseña que quien acoge a Jesús, debe acoger también a Su Madre.

  • Es la madre de Jesucristo

Gracias a su gran Sí y a su total confianza en la voluntad de Dios, tenemos a nuestro Salvador Jesucristo, a través de quien todos podemos llegar al Padre.

  • Es bendita entre todas las mujeres

Si Dios mismo mediante el ángel y mediante el Espíritu Santo la llama «bendita», ¿cómo no hacerlo también nosotros?. Una manera de demostrarle nuestro amor y agradecimiento, es rezando con esas mismas palabras el Ave María.

  • Es la bienaventurada de generación en generación

Las numerosas devociones marianas que hay por el mundo son una muestra de que se ha cumplido lo dicho por nuestra madre María.

  • María es mediadora ante su hijo Jesucristo

María siempre está atenta a nuestras necesidades e intercede por nosotros ante Jesús. Y si bien la Biblia dice que Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres, no significa que María no pueda interceder por nosotros o que no podamos orar los unos por los otros.

  • María nos conduce a Dios

Aunque María sea la más excelsa entre todas las criaturas, una verdadera devoción mariana no debe quedarse en Ella, sino que debe conducirnos a su Hijo Jesucristo.


Fuente: Catholic link