Jue. Abr 25th, 2024

Durante su reunión con una delegación de la Sociedad Max Planck Gesselschaft para la Promoción de la Ciencia, una institución alemana, el Papa entregó un documento que aborda cuestiones éticas relacionadas con el «pensamiento híbrido» que involucra la unión entre lo biológico y lo artificial. En su mensaje, el Papa hizo hincapié en la responsabilidad que tienen los investigadores no solo por lo que hacen, sino también por lo que no hacen, aunque podrían hacerlo.

El Papa Francisco animó a la organización a mantener altos estándares de integridad científica, libre de influencias inapropiadas, tanto políticas como económicas, desde la fase inicial hasta la difusión de los resultados. El Obispo de Roma enfatizó el carácter de bien público de la ciencia pura y la importancia de poner sus resultados al servicio del bien común. También consideró que la institución alemana puede hacer mucho en este sentido.

Las cuestiones éticas del pensamiento híbrido

Para el Sucesor de Pedro, «el anuncio de la inminente aparición del llamado ‘pensamiento híbrido’, resultante de la hibridación del pensamiento biológico y no biológico, que permitiría al hombre no ser suplantado por la Inteligencia Artificial, plantea cuestiones de gran relevancia tanto a nivel ético como social».

El Pontífice llamó a considerar que la fusión de la capacidad cognitiva del hombre y la potencia del cálculo de la máquina alteraría sustancialmente la especie homo sapiens y planteó que no podemos dejar de plantearnos la cuestión del sentido último, es decir, de la dirección, de lo que está sucediendo ante nuestros ojos.

«Si para quienes se reconocen en el proyecto transhumanista esto no es motivo de preocupación, no puede decirse lo mismo de quienes, por el contrario, se empeñan en hacer avanzar el proyecto neohumanista, según el cual no puede aceptarse el desfase entre acción e inteligencia», añade.

Francisco explicó que «si se separa la capacidad de resolver problemas de la necesidad de ser inteligente al hacerlo, lo que se anula es la intencionalidad y, por tanto, la eticidad de la acción». También manifestó que está seguro de que la Sociedad Max Planck querrá hacer un aporte fundamental en este sentido.

La última consideración del Papa fue referente al principio de responsabilidad «técnica» que no admite el juicio moral de lo que es bueno y malo. En este sentido, reconoció que «la acción, sobre todo de las grandes organizaciones, debe valorarse en términos puramente funcionales, como si todo lo posible fuera, por eso mismo, éticamente permisible». «La Iglesia nunca puede aceptar tal postura, de cuyas trágicas consecuencias ya hemos tenido demasiadas pruebas. Más bien, es la responsabilidad como cuidado del otro, y no sólo como rendir cuentas de lo que uno ha hecho, lo que debemos volver a situar hoy en el centro de nuestra cultura».

«Porque uno es responsable no solo de lo que hace, sino también y sobre todo de lo que no hace, aunque podría hacerlo», concluyó Francisco, grato por la visita de la delegación, deseando lo mejor para su trabajo y que el Espíritu Santo los asista en sus investigaciones y proyectos, impartiéndole complacido la Bendición Apostólica.


Fuente: Aciprensa