Mié. Abr 24th, 2024

María Anne Quiroga, directora de Investigación del Centro Global para los Derechos Humanos, ha acusado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) de intentar imponer el aborto en toda la región a través del caso Beatriz de El Salvador. Según Quiroga, este caso ha sido utilizado para promover el aborto en toda la región y una posible sentencia de la Corte IDH podría poner en peligro el derecho a la vida en todos los países.

“La Corte no solamente decidirá para El Salvador, país al cual ya pidió que rebaje la pena por infanticidio en su fallo del caso Manuela vs. El Salvador, sino que además lo que decida en este caso será impuesto a los demás países del continente”, precisó la abogada.

El caso Manuela es uno de los más de 17 usados por las plataformas pro aborto para presionar a El Salvador a legalizar esta práctica. Se refiere a una mujer que fue condenada a 30 años de cárcel por asfixiar a su bebé recién nacido en una fosa séptica.

El caso Beatriz, que la Corte IDH verá en una próxima audiencia el 22 de marzo en San José de Costa Rica, y cuya sentencia se publicará meses más tarde, se refiere a una mujer de escasos recursos que dio a luz en 2013 a una bebé con anencefalia, que murió pocas horas después de nacer.

Beatriz, por medio de los abogados de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, pidió al Estado salvadoreño poder practicarse un aborto debido al lupus, una enfermedad autoinmune que sufría, y a la anencefalia de su bebé, a la que llamó Leilany Beatriz.

La cesárea, que buscaba acabar con la vida de la niña pero que no logró ese cometido, se realizó cuando la madre tenía 26 semanas de embarazo.

Quiroga explicó en entrevista a la cadena aliada aciprensa, que Beatriz es “una madre que fue manipulada y utilizada por grupos abortistas que la condenaron al miedo para imponer el aborto en nuestro continente”.

“Beatriz quería ser mamá otra vez. Ya tenía un niño varón y, aunque le habían ofrecido esterilizarse después del nacimiento, había rechazado la propuesta porque quería tener más hijos”, precisó la experta.

Quiroga lamentó que algunos de los grupos que presionaron para que abortara, “siguen afirmando todavía que la niña, por su discapacidad, ¡no estaba ‘realmente viva’!”.

Tras la cesárea, Leilany Beatriz “lloró y respiró, como cualquier niño. Pudo recibir el amor de su madre, permaneciendo en sus brazos unos instantes, pero, lamentablemente, falleció unas horas más tarde”.

“Beatriz siguió bajo supervisión médica, recuperándose de la cesárea, sin sufrir complicaciones mayores por causa del embarazo”, agregó Quiroga, y recordó que “en una entrevista posterior, Beatriz contó cuánto quería que Leilany viviera, e incluso le llevaba flores a su tumba y le hablaba”.

Beatriz falleció en 2017, cuatro años y cuatro meses después del nacimiento de Leilany, a causa de un accidente en motocicleta.

“Su muerte, contrariamente a lo que afirman los grupos abortistas, no tuvo ninguna relación con su segundo embarazo, ni con su bebé”, resaltó María Anne Quiroga.

En abril de 2022, la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto de El Salvador, Ipas Centroamérica y México (Ipas CAM), y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), presentaron una demanda para declarar a El Salvador responsable de varias violaciones a los derechos de Beatriz.

“El Estado de El Salvador es responsable por las violaciones al derecho a la vida privada y a la vida familiar”, debido a que “la negación deliberada de practicar un aborto fue una injerencia arbitraria y abusiva al derecho a la vida privada de Beatriz”, señala el texto de la demanda.

“El Estado de El Salvador violó la prohibición de tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanas y degradantes” en “perjuicio de Beatriz, quien fue obligada a continuar con un embarazo a pesar de los riesgos ciertos que existían para su salud, integridad física y vida”, agrega.

La abogada indicó que, durante el embarazo de la bebé, el lupus de Beatriz “estaba controlado y, como lo afirmaron numerosos médicos que la revisaron, el embarazo no amenazaba su vida”.

“Los grupos abortistas le negaron a Beatriz el derecho a la esperanza y la condenaron al miedo. Le impusieron su muerte y la de su hija como una fatalidad”, denunció Quiroga.

“Le negaron la dignidad a una niña con discapacidad, considerando que era “tortura” para su madre tenerla en brazos y secar sus primeras lágrimas”, subrayó.

La experta explicó también que el Sistema Interamericano de Derechos Humanos, conformado principalmente por la Corte IDH y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), “tiene una agenda muy progresista, a pesar de que la Convención Americana sobre Derechos Humanos defienda explícitamente la vida, la familia, la libertad religiosa”.

Por ello es que “con legítima preocupación esperamos el fallo de la Corte IDH”, concluyó.


Fuente: Aciprensa