Mar. Abr 30th, 2024

El 14 de septiembre, la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) celebrará un importante hito en su historia, ya que cumplirá 115 años de existencia desde su creación. Fundada con el propósito de fomentar la unidad, participación y fraternidad de los obispos católicos en Colombia, así como promover la evangelización y contribuir al desarrollo humano integral del país, la CEC se ha convertido en un pilar esencial de la Iglesia Católica en esta nación sudamericana.

En consonancia con su misión de guiar y apoyar a la comunidad católica y a la sociedad en general, los obispos colombianos han preparado un valioso regalo para el pueblo colombiano con motivo de este aniversario. Durante una rueda de prensa que se llevará a cabo en el transcurso del día, los prelados presentarán el documento «Luces en el camino hacia la paz». Esta obra se compone de 17 orientaciones concretas destinadas a orientar y fomentar la búsqueda y construcción de la paz en Colombia.

El enfoque central del documento es la misericordia, un tema que ocupó un lugar destacado durante la CXV asamblea plenaria del episcopado colombiano, celebrada en julio de este año. En un contexto nacional en el que la paz es un anhelo constante, estas orientaciones ofrecen una guía valiosa basada en la fe católica y el compromiso con la reconciliación y la paz.

La celebración continuará en la sede de la CEC en Bogotá, donde los obispos presidirán una Eucaristía especial a las 6:00 p.m. Esta misa conmemorativa será dirigida por monseñor Ricardo Tobón Restrepo, arzobispo de Medellín, y contará con la concelebración de monseñor Edgar de Jesús García Gil, obispo de Palmira, y monseñor José Figueroa Gómez, obispo de Granada. La comunidad podrá seguir esta emotiva celebración a través del canal Teleamiga y las redes sociales de la Conferencia Episcopal (episcopadocol).

En el contexto de esta significativa celebración, el padre Raúl Ortiz Toro, director del Departamento de Doctrina y Promoción de la Unidad y del Diálogo (PUD) del Secretariado Permanente del Episcopado Colombiano, ofrece una mirada retrospectiva a los 115 años de historia de este órgano colegiado. A lo largo de su existencia, la CEC ha sido testigo y protagonista de momentos clave en la vida religiosa y social de Colombia, y ha desempeñado un papel fundamental en la construcción de un país más justo y en la promoción de los valores de paz y fraternidad.

Un poco de historia:

El 14 de septiembre de 1908, en Bogotá, nació la Conferencia Episcopal de Colombia con el beneplácito del papa san Pío Décimo, quien envió a través de su Delegado Apostólico, Monseñor Francesco Ragonesi, su especial bendición y lineamientos. Las reuniones de la primera Asamblea Plenaria se prolongaron hasta el 15 de octubre de ese mismo año, es decir, durante un mes. En ese momento existían en Colombia 18 jurisdicciones eclesiásticas que eran cuatro arquidiócesis, nueve diócesis, tres vicariatos apostólicos y dos prefecturas apostólicas; en aquella ocasión hubo presencia de catorce jurisdicciones representadas por quince personas: trece obispos y dos presbíteros vicarios capitulares.


Las conclusiones de esta Primera Asamblea Plenaria se difundieron a través de dos pastorales colectivas. La primera, ponía en guardia a los fieles católicos ante las doctrinas masónicas que se publicaban en la prensa nacional con doctrinas anticlericales y de oposición a la labor de las comunidades religiosas en el campo educativo; también se honró la memoria de cincuenta religiosas Hermanas de la Caridad fallecidas durante la Guerra Civil de los Mil Días por auxiliar a las víctimas de la violencia y se reconoció la labor de multitudes de sacerdotes, muchos de ellos extranjeros, que ejercían su misión de evangelización y caridad en lugares apartados del país. 


En la segunda carta pastoral de aquella primera Asamblea, los obispos recordaron que la Constitución Política de Colombia reconocía a la religión católica como la base del orden social y exhortaron al pueblo a no ceder “a las contiendas armadas y a las luchas fratricidas que no han sido ni serán jamás remedio para los males de nación alguna”. En consecuencia, insistieron en trabajar por la concordia en el país y presentaron algunos medios para lograrlo: escuchar las justas reclamaciones de los ciudadanos, propiciar en el campo político o administrativo algunas concesiones equitativas para dar participación a todos los partidos y vincular en la administración pública a personas competentes “de honradez probada y de aptitudes no comunes”. Pero, sobre todo, hicieron énfasis en que dichas propuestas solo serían efectivas en la medida en que se restauraran todas las cosas en Cristo a través de la extensión de su ley divina en todos los ámbitos de la vida social y política; solo así, “la paz de DIOS que sobrepuja a todo entendimiento será la guardia de los corazones y de los entendimientos de todos”.


Así pues, desde hace 115 años, los obispos católicos de Colombia se reúnen colegialmente para crecer en la fraternidad y la comunión episcopal, pero, también, para trazar líneas de acción que benefician la evangelización como un proyecto conjunto. Una de estas líneas siempre ha sido la reconciliación y la paz, y se ha visto reflejada en las actividades pastorales de cada jurisdicción en la historia del país; esto indica que la Conferencia Episcopal, desde sus inicios, ha sabido leer los signos de los tiempos y discernir lo que más conviene para el bien de la nación a través del ejercicio de los deberes cristianos y civiles del pueblo de Dios. civiles. 

En la actualidad, la Conferencia Episcopal ha crecido en número y en acciones evangelizadoras, pues en ella participan los obispos de 78 jurisdicciones eclesiásticas distribuidas así: 14 arquidiócesis, 52 diócesis, 10 vicariatos apostólicos, 1 obispado castrense y 1 exarcado para los católicos maronitas. 


Hacemos memoria de los fundadores de la Conferencia Episcopal de Colombia: 


–    Mons. Bernardo Herrera Restrepo, arzobispo de Bogotá
–    Mons. Pedro Adán Brioschi, arzobispo de Cartagena
–    Mons. Manuel Antonio Arboleda, arzobispo de Popayán
–    Mons. Manuel José Caicedo, arzobispo de Medellín
–    Mons. Moisés Higuera, obispo auxiliar de Medellín
–    Mons. Evaristo Blanco, obispo de Socorro
–    Mons. Eduardo Maldonado Calvo, obispo de Tunja
–    Mons. Gregorio Nacianceno Hoyos, obispo de Manizales
–    Mons. Ismael Perdomo Borrero, obispo de Ibagué
–    Mons. Esteban Rojas Tovar, obispo de Garzón
–    Mons. Francisco Simón y Rodenas, OFM cap., obispo de Santa Marta
–    Mons. Adolfo Perea Yuste, obispo de Pasto
–    Mons. Atanasio Vicente Soler, vicario apostólico de la Goajira
–    Pbro. Antonio María Colmenares, vicario capitular de la diócesis de Nueva Pamplona
–    Pbro. Francisco Cristóbal Toro, vicario capitular de la diócesis de Santa Fe de Antioquia. 


Entre las ausencias se cuentan:


–    Vicariato Apostólico de Casanare: por muerte del obispo Gregorio Nicolás Casas y Conde, OAR.
–    Vicariato Apostólico de Los Llanos de San Martín: por la reciente creación de la jurisdicción y consagración de su primer vicario apostólico, el obispo Joseph Marie Désiré Guiot, SMM.


Por ley canónica las prefecturas apostólicas dependen directamente de la Santa Sede; los prefectos de aquellas jurisdicciones eran sacerdotes misioneros y, aunque no pertenecían específicamente a la Conferencia de obispos, sin embargo, vale la pena consignar sus datos pues estos territorios dieron paso posteriormente a varias diócesis y vicariatos hoy existentes:


–    Prefectura Apostólica de Caquetá: donde era prefecto el fraile capuchino Josep Pujol i Coll, OFM, cap. 
–    Prefectura Apostólica de Chocó: por reciente creación de la prefectura donde fue designado el padre claretiano Juan Gil y García, CMF.

En 115 años de historia, la Conferencia Episcopal de Colombia ha acompañado o suscitado varios acontecimientos: la creación de 60 jurisdicciones eclesiásticas, la visita de tres Pontífices, la implementación de varios métodos de evangelización, la creación de distintos organismos para la promoción social, la celebración de acontecimientos eclesiales del orden nacional e internacional, además de ser la representación de la Iglesia Católica Colombiana ante la Santa Sede a través de las relaciones con la Nunciatura Apostólica y con los Dicasterios de la Curia Romana.

 

Infografía


Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia