Mié. May 1st, 2024

Lo que sabemos sobre los países de mayoría musulmana es que la libertad religiosa es una garantía que pende de un hilo. Hay hechos de tolerancia, pero también hay casos de musulmanes que pierden sus derechos como ciudadanos cuando se convierten a otra religión.

 

Un tema que le dio la vuelta al mundo fue el de Asia Bibi, una cristiana pakistaní que fue condenada a muerte por blasfemia. Fue encarcelada durante diez años hasta su absolución, que ocurrió por defectos de procedimiento. También están los países del Golfo Pérsico, donde entre las arenas del desierto surgen nuevas iglesias cristianas.

 

El libro “Libertad religiosa en países islámicos. Perfiles comparativos” de Fabio Fede y Stefano Testa Bappenheim, de la Universidad de Camerino, realiza un análisis riguroso del que surgen no solo la universalidad y centralidad de la religión en la vida de las sociedades musulmanas, sino también algunas consecuencias legales sobre la libertad de los ciudadanos para elegir y profesar su fe.

 

Analizando la situación en naciones en cuyas Constituciones el islam es definido como religión de Estado u oficial, 25 de 56, el panorama es variado.

 

Por ejemplo, en el Líbano y Siria se establece la libertad religiosa y el culto ilimitado, pero en el caso sirio, el presidente de la República debe ser musulmán.

 

El libro se concentra en cuatro “países paradigma”: Egipto, Marruecos, Irán y Pakistán.

 

“En Marruecos, la Constitución de 2011 reconoce las raíces multiculturales del país, citando una pluralidad de influencias, incluidas las judías, y reiterando que el pueblo marroquí tiene “valores de apertura, moderación, tolerancia y diálogo”.

 

En Egipto, a pesar de las conmociones que siguieron a la Revolución de 2011, el camino hacia lo que en Europa se llama secularismo, todavía parece largo. La Constitución reitera que: los principios de la sharía son la principal fuente de legislación y reconoce a judíos y cristianos como minorías religiosas.

 

En Irán, la Carta Magna recomienda tratar a los no musulmanes de acuerdo con los principios de justicia islámica, equidad y respetar sus derechos humanos, con excepción de los que han estado involucrados en conspiraciones o actividades contra el islam y la República Islámica de Irán. La libertad de opinión también está limitada por la observancia de los criterios islámicos. Por otra parte, el Código Civil prohíbe los matrimonios entre musulmanes y ciudadanos de otras religiones.

 

En Pakistán, el panorama es sombrío. El sistema judicial está dividido entre los tribunales ordinarios y los que aplican la ley islámica. El artículo 295 del Código Penal, por el que se ha acusado a Asia Bibi y a decenas de otros ciudadanos en los últimos años, castiga con la pena de muerte a quien ofende directa o indirectamente el nombre de Mahoma.

¿En qué consiste el derecho de la libertad religiosa en el pensamiento islámico?

 

Los autores del libro enfatizaron en que “el Corán está a favor de la libertad religiosa. No hay coacción en la fe: el camino correcto se distingue bien del error’ (Sura II, 256). Y si tu Señor hubiera querido a todos en la tierra, habrían creído. ¿Pero podrías obligar a los hombres a ser creyentes a pesar de ellos?’ (Sura X, 99). Pero di. La verdad viene de tu Señor. Quien quiera creer, quien no quiera rechazar la fe (Sura XVIII, 29). Si luego se apartan, sepa  que no le hemos enviado para que sea su tutor: sólo tiene que entregar el Mensaje’ (Sura XLII, 48). Sin embargo, el hecho de cambiar de opinión y abandonar el Islam se considera apostasía”.

 

“Los judíos, cristianos y las otras religiones del libro pueden continuar a practicar su religión porque nace de una revelación divina, ya que Abraham, Moisés y Cristo son predecesores de Mahoma, con el cual, según el islam, la revelación se ha perfeccionado, completado y concluido”. Aseguraron los autores.

 

No obstante, “algunas Constituciones de países islámicos (miembros a la Organización para la Cooperación Islámica) no solo contienen la indicación del islam como religión del Estado, sino también de la sharía como la principal fuente de legislación estatal, por lo que no puede ser promulgada ninguna ley contraria a los principios del islam; pero en casi todas las Constituciones de los países islámicos también encontramos el principio de libertad religiosa”.

 

Los autores del libro consideran como un paso importante la Declaración sobre la fraternidad humana, firmada el 4 de febrero de 2019, por el Papa Francisco y el Gran Al-Azhar del Cairo, pero “siempre y en todas partes, las declaraciones y normas legales fijadas en el papel deben encontrar fenotipo en las acciones concretas de las personas”.

 

 
Fuente: Aciprensa
 

 

 

 
Nota enviada por la periodista Teresita González a webmaster