Dios eligio a Moisés para guiar al pueblo de Israel que se encntraba en la esclavitud bajo el dominio de Egipto y llevarlos a la tierra prometida. Así Moises también es el mediador de la antigua alianza, por medio de quien Yahvé entregó la ley a su pueblo. Algunos autores y estudiosos de la Escritura dicen que el papel de Moisés en el Antiguo Testamento es una sombra y tipología de la figura y ministerio que Jesús desempeñó en el Nuevo testamento.
A continuación, te invito a descubrir las enseñanzas de Moisés y Josue para nuestra vida:
- Amar a Dios sobre todo, lleva a la obediencia
«Escucha, Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor uno es. Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza» .
Es el amor al Señor y la adhesión a sus enseñanzas, lo que ayuda a los hijos de Dios a vivir en libertad.
Pensemos en las ocasiones en las que no hemos sido fieles al amor a Dios, o cuando nos hemos dejado llevar y no le hemos escuchado, como resultado empezamos a vivir cierto tipo de esclavitudes.
Lo primero que hace Moisés en su esfuerzo de encomendar al pueblo a obedecer a Dios es ordenarles a amar a Dios. El fin es ser obedientes, es adoptar una forma de vida conforme a su voluntad, pero el único camino para hacerlo es amarle sobre todas las cosas.
La clave es sencilla, quien ama a Dios, le obedece. La prioridad del mensaje es que entendamos que nuestra obediencia nace de nuestro amor por Dios.
El amor que mueve nuestra obediencia es también impulsado por un reconocimiento de lo que Dios ha hecho en nuestras vidas.
Nuevamente el libro del Deuteronomio nos trae una acción de gracias que Moisés hace a Yahvé por su bondad
«Comprendan ustedes hoy que no estoy hablando con sus hijos, los cuales no han visto la disciplina del Señor su Dios: su grandeza, su mano poderosa, su brazo extendido, sus señales y las obras que hizo en medio de Egipto a Faraón, rey de Egipto y a toda su tierra.
Lo que hizo al ejército de Egipto, a sus caballos y a sus carros, al hacer que el agua del Mar Rojo los cubriera cuando los perseguían a ustedes, y el Señor los destruyó completamente…» .
Este discurso de Moisés es abundante en agradecimiento y reverencia a las proezas del Señor. Igual deberían ser nuestras conversaciones, oraciones y canciones dirigidas a Dios.
En repetidas ocasiones nos enfocamos en la oración de petición, sumamente válida, pero dejamos de lado la necesidad de agradecer a Dios por su actuar. Esta oración es maravillosa y puedes escucharla en cualquier momento. ¡Hay tanto que tenemos que agradecer!
La gloria de la libertad de Israel como nación no la ganó el propio pueblo de Israel, fue Dios en su misericordia infinita. Nosotros tampoco hemos ganado nuestra libertad y salvación. Por tanto, nuestro agradecimiento es merecido y necesario.
- La adhesión a la vida en Dios trae salvación
«Y sucederá que si obedeces diligentemente al Señor tu Dios, cuidando de cumplir todos sus mandamientos, el Señor tu Dios te pondrá en alto sobre todas las naciones de la tierra.
Y todas estas bendiciones vendrán sobre ti y te alcanzarán, si obedeces al Señor tu Dios» .
Este pasaje nos presenta una bendición real, mucho más valiosa que riquezas o salud, es la bendición de contar con la cercanía de Dios en nuestras vidas.
Al obedecer al Señor, al buscar cumplir su voluntad, no solo afianzamos nuestro amor por Él, sino que cumplimos el propósito por el cual fuimos creados.
La entrega abnegada de Cristo posibilita nuestra obediencia y adhesión a la voluntad de Dios.
- ¿Qué podemos aprender de Josué?
También encontramos a Josué, quien podría decirse fue el segundo líder del pueblo después de Moisés, él es quien toma el mando y conduce a los israelitas a la tierra prometida después de la muerte de Moisés.
Josué es considerado como uno de los más grandes líderes militares de la Biblia por dirigir los siete años de la conquista de la tierra prometida. A menudo se presenta como un modelo para el liderazgo y una fuente de aplicación práctica sobre cómo ser un líder efectivo.
- Hay que ser líderes según la voluntad de Dios
Como líder militar, Josué sería considerado uno de los mayores generales de la historia humana. Pero sería un error atribuirle la victoria de Israel exclusivamente a Josué.
«Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía. Más cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec» . La victoria no depende solo de la obra humana, sino también de la intervención divina.
Finalmente dentro del liderazgo de Josué aprendemos la necesaria humildad que debe tener el nuestro. Aquella humildad que nos permite reconocer que no lo podemos todo, que nuestras fuerzas son limitadas, y que por tanto, necesitamos de la asistencia de Dios.
- Dios es siempre fiel a sus promesas
La principal lección que podemos encontrar en la vida de Josué, es que Dios es siempre fiel a sus promesas. Yahvé le prometió a Abraham que sus descendientes habitaron en la tierra, y bajo Josué, Dios trajo al pueblo a la tierra que Él les había prometido.
Este hecho completó la misión de redención que Dios comenzó con Moisés al sacar a Israel de Egipto.
Todo esto es también una tipología que apunta a la redención final que Jesús trae a la comunidad de fe. Al igual que Moisés, Jesús nos liberó de la servidumbre y la esclavitud del pecado.
«Está claro que Josué no introdujo a los israelitas en el descanso definitivo, pues, de haberlo hecho, no se aludirá a "otro día" de descanso después de todo aquello.
Por consiguiente, el pueblo de Dios está aún en espera de un descanso, ya que de haber entrado en el descanso de Dios, también él descansaría de todos sus trabajos, lo mismo que Dios descansó de los suyos» .
Fuente: Catholic link
Redacción: Natalia Monroy