Mar. Abr 23rd, 2024

La diócesis de Limburgo ha publicado un nuevo folleto titulado «Directrices para la competencia en educación sexual en la atención pastoral/en los ámbitos de actividad de la Iglesia». En estas directrices se abandonan todos los puntos de vista católicos y se crea una nueva imagen del ser humano y de la sexualidad, orientada hacia la ideología de género. El obispo Bätzing, que publicó este documento para su aplicación tras una decisión del Consejo Sinodal Diocesano, se opone así una vez más a la doctrina de la Iglesia.

En el tercer punto, «Aceptar la orientación sexual, la diversidad de género y las formas de vida», dice, por ejemplo: «Hay diversidad de identidad y orientación sexual. El tratamiento apreciativo de estas diferencias y de la diversidad debe promoverse activamente en las parroquias e instituciones». En la versión en lenguaje fácil, que fue coeditada, este punto llega a decir: «No sólo hay sexualidad entre el hombre y la mujer. También entre mujer y mujer. O entre hombre y hombre. O entre personas que no se sienten ni mujer ni hombre». Esto contradice claramente lo que ya está escrito en el Génesis y lo que enseña la Iglesia: A saber, que Dios creó a los seres humanos como varón y mujer.

El documento habla repetidamente de que cada persona debe encontrar su autodeterminación sexual y que ésta debe vivirse abiertamente y ser promovida por la Iglesia. Pero, pregunta Maria 1.0, ¿dónde está Dios aquí, dónde está la fe? En este sentido, leemos en el séptimo punto «Conciliar fe y sexualidad» en un lenguaje fácil: «La sexualidad y la fe van bien juntas. Porque ambas son algo bueno». Probablemente esté claro que este razonamiento no justifica estas afirmaciones.

Según Maria 1.0, las circunstancias que rodean la creación de las directrices revelan un cinismo y una obstinación pasmosos: el obispo Bätzing siempre hace hincapié en que Alemania no se encuentra en un camino especial, y desde luego no en el camino del cisma. Pero con el decreto ignora la clara instrucción de Roma del 21 de julio de 2022, que deja claro que la doctrina, la estructura y la moral de la Iglesia no pueden cambiarse. La declaración del Vaticano también subraya: los creyentes no deben verse obligados a aceptar nuevas formas de doctrina y moral. No obstante, el nuevo decreto es obligatorio para los párrocos y los empleados de las instituciones diocesanas, como explicó Katharina Döring, responsable de educación familiar de la diócesis, en la presentación de las directrices.

No sólo eso, advierten desde Maria 1.0: el obispo Bätzing está poniendo en práctica un texto de orientación del Camino Sinodal (texto base Foro «Gelingende Beziehungen»), que no logró la mayoría necesaria entre los obispos en la Asamblea Sinodal de septiembre de 2022. Asimismo, el obispo Bätzing ignora las críticas a los textos del Camino Sinodal expresadas por los cardenales Ladaria y Ouellet a los obispos alemanes durante la visita ad limina de noviembre de 2022 – este punto es subrayado por Vatican News en su informe sobre las directrices de la diócesis de Limburgo.

Según María 1.0, sólo queda esperar que ahora por fin llegue un no definitivo de Roma y se condenen las tesis sinodales alemanas.


Fuente: Infocatólica