Vie. May 3rd, 2024

La Compañía de Jesús ha confirmado oficialmente la expulsión del artista-sacerdote Marko Ivan Rupnik, quien enfrentaba acusaciones de abuso sexual por parte de varias mujeres adultas. El anuncio se realizó un mes después de que se informara sobre su expulsión por desobediencia. El padre Johan Verschueren, delegado permanente de la Compañía de Jesús para las casas, obras e interprovinciales jesuitas en Roma, fue el encargado de hacer el anuncio a través de una carta emitida el pasado 24 de julio.

Según la carta de Verschueren, los 30 días que permitía la ley eclesiástica para que Rupnik apelara su expulsión del 14 de junio habían pasado, por lo que ya no formaba parte de la orden jesuita. Aunque ya no es jesuita, aún mantiene su condición de sacerdote católico. Sin embargo, el futuro de Rupnik permanece incierto, y la Compañía de Jesús se encuentra también cuestionando qué pasos seguirá el exsacerdote.

El decreto de expulsión emitido en junio mencionaba que Rupnik había sido expulsado por desobediencia al negarse a acatar la orden de abandonar una casa jesuita en Roma y trasladarse a otro lugar, asumiendo la responsabilidad de sus delitos pasados y ofreciendo algún tipo de reparación a las mujeres que lo acusaban.

La controversia en torno a Rupnik se inició el año pasado cuando salieron a la luz acusaciones de conducta sexual inapropiada con monjas a lo largo de unos 30 años. El artista y muralista católico, conocido por sus obras en capillas y santuarios alrededor del mundo, incluido el Vaticano, fue sometido a investigación y se le prohibió ejercer su ministerio público. El Centro Aletti, fundado por Rupnik en Roma, emitió un comunicado en respuesta a la expulsión, afirmando que él había solicitado abandonar a los jesuitas en enero, mucho antes de recibir la orden de marcharse.

La Compañía de Jesús defendió su decisión de no aceptar su solicitud y afirmó que buscaban que asumiera responsabilidad por las acusaciones y emprendiera un camino de verdad y confrontación. Desafortunadamente, Rupnik no aceptó la invitación, lo que llevó finalmente a su expulsión de la Sociedad Jesuita.

El caso de Rupnik ha despertado interrogantes sobre quién levantó la excomunión que brevemente sufrió en 2020 y por qué se levantó tan rápidamente. La Compañía de Jesús lamentó el impacto de su comportamiento y expresó solidaridad con las personas heridas por sus acciones. También reiteraron que el poder para despojar a Rupnik de su condición de sacerdote corresponde a la Santa Sede y no a la Compañía de Jesús.

Mientras tanto, la orden jesuita está en proceso de distanciarse legalmente del Centro Aletti y busca encontrar formas de reflexionar sobre la paz interior y la reconciliación para aquellos que han sido afectados por las acciones de Rupnik. La comunidad católica espera que la verdad salga a la luz y que se aborden de manera justa y adecuada las acusaciones de abuso.


Fuente: Infocatólica