Vie. Abr 26th, 2024

La gratitud es la acción de dar gracias a Dios por las bendiciones que ha derramado sobre nuestras vidas. Para lograrlo, es necesario ser capaces de acoger y contemplar nuestra vida cotidiana desde una perspectiva diferente, tomando un poco de distancia. La gratitud también consiste no solo en confiar en Dios y en sus planes de amor para nosotros, sino también en aceptar una parte del misterio.

 

De hecho, como cristianos, podemos desarrollar y mantener la gratitud mediante la alabanza y la acción de gracias. Lionel Dalle, sacerdote de la Comunidad del Emmanuel, se refirió al respecto en su libro Le miracle de la gratitude (“El milagro de la gratitud” en español) diciendo: «[La gratitud] crea una dinámica extraordinaria: ¡dar gracias atrae la gracia! Mientras más agradezco por las gracias que he recibido de Dios, más se abre mi corazón para recibirlas en mayor cantidad y dejar que me transformen.»

 

Tengamos en cuenta que, ¡agradecer no siempre es tarea fácil!: en algunas ocasiones necesitamos la conversión del corazón para cambiar nuestra manera de ver las cosas, lo que vivimos y nuestra realidad… Sin embargo, lo más importante es que mientras lo hacemos, saboreamos cada vez más la alegría verdadera. A continuación, algunos consejos para cultivar la gratitud:

  • Por la mañana, en un acto de confianza y abandono, podemos comenzar agradeciendo a Dios por el nuevo día que nos regala: aunque no sabemos lo que nos va a suceder, podemos confiar plenamente en que el Señor ha preparado muchas gracias para nosotros. De hecho, algunas pueden ser muy evidentes, y otras incluso pueden esconderse en situaciones que parecen molestas o desagradables.

Intentemos vivir cada instante del día tratando de ser lo más conscientes posible del momento presente; vivamos “este presente de Dios” para recoger todos sus dones. “Mi vida

 

 

Nota enviada por la cadena aliada Hozana / Maxance Avrial