Mar. Abr 23rd, 2024

De hecho, muchos de los problemas que hoy vemos y vivimos se adjudican a la sobrepoblación de una sola “plaga”. “El ser humano merece extinguirse”, “somos demasiados, por eso dañamos al planeta”, “¡Es irresponsable tener más hijos!”son solo algunas frases que he escuchado y, probablemente, tú también. Sí, hay un consumismo desenfrenado . Por eso, hoy puedo presentarte cinco verdades sorprendentes y cinco mitos desconcertantes sobre la “sobrepoblación”.

 

Los animalitos y árboles tienen el mismo valor que una persona

Por estar hecho a imagen de Dios. Por esta razón, también participa del mundo espiritual y de una amistad especial con Él. Es esto lo que fundamenta su dignidad por sobre otras especies. Habitamos en la Naturaleza, somos parte de ella y desde nuestra libertad podemos ayudarle, perfeccionarla.

El hombre es un “perfeccionador perfectible”, como diría el filósofo Leonardo Polo. Somos perfectibles, llamados a mejorar. Descubrir que podemos responder a nuestra identidad más profunda usando bien nuestra libertad.

 

Como podemos leer en Laudato Si

Las razones por las cuales un lugar se contamina exigen un análisis del funcionamiento de la sociedad, de su economía, de su comportamiento, de sus maneras de entender la realidad. Una sociedad que no se rodea de hijos, que los considera un problema, un peso, no tiene futuro. La concepción de los hijos debe ser responsable, pero el simple hecho de tener muchos hijos no puede ser visto como una decisión irresponsable. La vida rejuvenece y cobra nuevas fuerzas multiplicándose.

Los hijos crecen compartiendo alegrías y sacrificios. En el sucederse de las generaciones se realiza el designio amoroso de Dios sobre la humanidad.

 

Los métodos anticonceptivos ayudan a regular la sobrepoblación

Porque la vida es un don, cada persona es un don. Además, una promesa de amor de Dios al mundo. El problema de la natalidad, como cualquier otro referente a la vida humana, hay que considerarlo, por encima de las perspectivas parciales de orden biológico o psicológico, demográfico o sociológico, a la luz de una visión integral del hombre y de su vocación, no sólo natural y terrena sino también sobrenatural y eterna. Mal usar un don tan perfecto y hermoso es contradecir a Dios, Su plan, Su Voluntad, sí.

 

Porque aquí también tendríamos que preguntarnos si detrás del aparente interés por cuidar el planeta, los recursos, sobrepoblación o lo que sea, estamos cayendo en la cultura del descarte. Solo que no el descarte material – propio del consumismo, que es uno de los principales motivos por el que hay tantos problemas ambientales –, sino del humano. Esto es una traición de la propia humanidad, esta es la cosa más fea, esto es seleccionar la vida según la utilidad, según la juventud y no con la vida como es, con la sabiduría de los viejos, con los límites de los viejos. Como él siempre lo dice, sin los ancianos la sociedad carecería de memoria.

 

Pero el problema no radica en cuántos somos, ni si hay población o hay “sobrepoblación”. “Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza”. Es hora de apostar a otro estilo de vida, que nos ayudará a ser lo que estamos llamados a ser.

 

 

 

Fuente: Catholic Link

Redacción: Natalia Monroy