Sáb. Abr 27th, 2024

En una carta publicada el miércoles 25 de octubre, la Asamblea sinodal ha compartido sus reflexiones de la primera etapa de su encuentro en el Vaticano, marcando un momento sin precedentes en la historia de la Iglesia. En este contexto, el Cardenal Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, ha instado a los fieles colombianos a acoger este mensaje sinodal como una guía espiritual y un instrumento de fraternidad.

«Reciban esta carta al pueblo de DIOS como un instrumento de fraternidad, como un puente de unidad entre ustedes, allá en sus trabajos y en sus parroquias y nosotros aquí en la última semana de la Asamblea sinodal», dijo el Cardenal Rueda Aparicio en su mensaje a la Iglesia colombiana.

En la carta sinodal, los padres y madres sinodales han elogiado la experiencia vivida durante el encuentro, destacando la importancia de la escucha respetuosa, el papel del silencio y la búsqueda activa de la comunión en el Espíritu Santo. Esta Asamblea, impulsada por la invitación del Papa Francisco, ha permitido por primera vez la participación activa de hombres y mujeres, unidos por su bautismo, en las discusiones y votaciones.

«Juntos, en la complementariedad de nuestras vocaciones, de nuestros carismas y de nuestros ministerios, hemos escuchado intensamente la Palabra de DIOS y la experiencia de los demás», indica el texto, resaltando la riqueza de las comunidades de todo el mundo.

Mirando hacia el futuro, la carta subraya la necesidad de seguir escuchando desde la Iglesia a todos, especialmente a los más pobres y excluidos, comprometiéndose con estructuras concretas para evitar la repetición de los abusos cometidos por miembros de la Iglesia. Se espera que los meses previos a la segunda sesión del Sínodo, en octubre de 2024, permitan una participación activa y significativa en el dinamismo de la comunión misionera.

«El mundo en el que vivimos, con todas sus contradicciones, exige que la Iglesia fortalezca sus sinergias en todos los ámbitos de su misión. Precisamente, el camino de la sinodalidad es el camino que DIOS espera de la Iglesia en el tercer milenio», concluye la carta.

La Iglesia colombiana se prepara para abrazar esta orientación sinodal como un faro de unidad y fraternidad, guiada por los principios del Evangelio y la enseñanza de Cristo en su servicio a la humanidad.


Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia