Vie. Abr 19th, 2024

El pasado 22 de septiembre el obispo encargado del Comité de Asuntos Canónicos y Gobernanza de la Conferencia Episcopal Estadounidense, Mons. Jerome Listecki, alertó e hizo del conocimiento de los demás obispos estadounidenses que se tuvo noticia de algún caso donde una mujer se hizo pasar por hombre y accedió al seminario, avanzando en la formación hasta llegar casi a la ordenación sacerdotal. No se dijo otra referencia que pudiera individuar a esta persona “transexual”. Sólo que esto aconteció en un instituto de vida consagrada.

 

Unos días antes, el 18 de septiembre, en otra parte del mundo, específicamente en Draguignan, Francia, el cardenal Robert Sarah dio más detalles (¿sobre este mismo caso?), aunque al haber dado ese discurso de 8 hojas en francés tuvo menos impacto inmediato.

 

El título de la intervención del cardenal guineano fue “El futuro de la Iglesia en Europa”. Tras tratar el subtema de la crisis del sacerdocio y la destrucción de la familia, afronta el tema de la ideología de género. Y es en este particular contexto en el que narra dos casos que él mismo trató como Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos.

 

El cardenal Sarah refirió que un obispo acudió a él para tratar un dossier de un “candidato” al sacerdocio: se trataba de una mujer que después de 11 años de casada hace una operación de mutilación de senos y posteriormente una mutilación genital que hoy se suele llamar de “reasignación de sexo”. Se da en suma una transformación física externa que le hace aparecer como un hombre, también con el aval de la ley. Y es entonces cuando decide entrar al seminario.

 

El obispo que consulta al cardenal Sarah se encuentra con un dossier que nadie revisó, al grado que está persona “recibe” la ordenación diaconal (inválida, pero la recibió). El obispo ordenante se jubila y el nuevo se halla con esta sorpresa: ¡tres meses antes de la ordenación sacerdotal! Y es aquí cuando envía la consulta al Vaticano, consulta que recibe el entonces prefecto, el cardenal Sarah, quien da la indicación de anular todo y enviar a esta mujer “trangénero” a su casa pues, de hecho, no era diácono pues la ordenación resultó inválida. Llegado a este punto el cardenal subraya que no se sabe si el obispo precedente sabía, si no sabía, si no leyó el dossier, o si habiéndolo leído actuó imprudente e irresponsablemente.

 

Pero hay un caso más, ahora con relación al sacramento de la confirmación. Un obispo consulta al cardenal Sara sobre una “chica” de 13 años está preparándose para dos cosas: para el sacramento de la confirmación y para “convertirse en un hombre”. De común acuerdo con sus padres, esta adolescente comienza un tratamiento hormonal para desarrollar características masculinas. Llegado un momento el obispo se entera y se interroga: “¿debo confirmar a una mujer o a un hombre?”.

 

El cardenal Sarah le responde al obispo que la decisión de la chica es una decisión contra el Creador quien, de hecho, rechaza cómo la hizo Dios. De ahí que le indique al obispo no confirmar a la joven a menos que permanezca como la chica que es.

 

Dado que cronológicamente las revelaciones del cardenal Sarah son anteriores al memorándum del obispo estadounidense, se puede inferir que al caso que se refiere el obispo americano sea al primero que contó el ex prefecto de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos en su discurso en Francia. De este modo tenemos algunos datos más, aunque incluso así se siga respetando la intimidad de la persona que atentó contra el sacramento del orden. A partir de este caso, Mons. Listecki sugirió a los obispos el incorporar medidas para comprobar que los candidatos al seminario son, efectivamente varones.

 

 
Nota enviada en guion del 26 de noviembre de 2021 a producción Radio María por las periodistas: Maira Celis y Johaved Orozco 
Fuente: Zenit