¿Sabías que Jesús se quedó con nosotros en el Pan para ser nuestro Amigo fiel? En cada Eucaristía, Él se hace presente, ofreciéndose en cada pedacito de esa Hostia Santa para llenar nuestro corazón de paz, amor y esperanza.
Hoy te invito a detenerte un momento, escuchar esta hermosa canción «Jesús, Amigo» y dejar que su mensaje toque lo más profundo de tu alma. Porque en ese Pan está Él, esperándote, deseando que lo recibas y le abras tu corazón, como tu mejor Amigo. No hay amor más grande que el de aquel que dio su vida por nosotros, y en cada Misa, Jesús repite su sacrificio por ti y por mí.
¿Te has confesado recientemente? La confesión es esa oportunidad que nos da Dios para limpiar nuestro corazón y prepararlo para recibirlo en la Comunión. ¡Es un acto de amor y humildad que nos abre a la gracia de Dios! Después de confesarte, corre a la Eucaristía, comulga y deja que Jesús te llene con su paz.
Visita a Jesús en el Sagrario: Él está ahí, esperando que vayas a acompañarlo. Hazle una visita, habla con Él, cuéntale tus alegrías y preocupaciones. Jesús, tu Amigo, está siempre dispuesto a escucharte y consolarte.
Si ya lo tienes todo cuando tienes su amistad, ¿qué más esperas? Jesús está en cada pedacito de Pan, completo y entero, entregándose por amor. Ven, comulga y haz de este amor una parte viva de tu vida. ¡Jesús quiere ser tu mejor Amigo!
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