Vie. Mar 29th, 2024

La propuesta inicial que hizo la arquidiócesis de Bogotá, de sembrar 4.000 árboles en diversos sitios de la capital del país y de municipios aledaños para “hacer una pedagogía de amor por la Casa Común”, desbordó el entusiasmo de las comunidades, quienes animados llegaron a la cifra record de 4.700 árboles sembrados.
 

Según lo señaló el arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Luis José Rueda Aparicio, esta iniciativa fue soportada “A la luz del mensaje del papa Francisco en la encíclica Laudato si’ y el mensaje pontificio que permanentemente nos ha dado para que todas las generaciones de nuestra arquidiócesis de Bogotá, de la Iglesia que peregrina en Colombia, nos comprometamos con el cuidado de la creación”.
 

Sus organizadores, la oficina del Servicio para el Desarrollo Humano Integral, la Coordinación Arquidiocesana del Cuidado de la Casa Común y el Sistema Educativo de la Arquidiócesis de Bogotá – SEAB, señalaron que «con este acto de reconciliación con nuestra Casa Común, pudimos sembrar una semilla de amor y de esperanza en Chía, Cáqueza, Choachí y diversos sectores de Bogotá”.
 

Los grandes protagonistas
A partir del 1 de septiembre y hasta finales de octubre, los niños, jóvenes, adultos, adultos mayores de cada territorio parroquial, comunidad, vereda, colegio, fueron los grandes protagonistas para que este proyecto de la siembra fuera una realidad. Según explicaron, «especias como mano de oso, nogal, sietecueros, duraznillo, alcaparro, eugenias, entre otros, fueron los que en esta oportunidad nos permitieron abrir un hoyo en la tierra y sembrarlos como signo de vida, cuidado, amor y esperanza«. 
 

En un mensaje, sus organizadores extendieron un saludo de agradecimiento a cada una de las personas que brindaron su apoyo a esta propuesta de reconciliación con la casa común: comunidades parroquiales, sacerdotes, instituciones educativas, administraciones municipales y la comunidad en general. «Estos resultados reflejan nuestro compromiso con la casa común, cuidar del entorno es tarea de cada uno de nosotros, es un compromiso humano, cristiano, ético, político y ciudadano«. 
 

Los recursos con los que se compraron los árboles, se dio gracias a la recolección de aportes en las parroquias, colegios, la universidad de la arquidiócesis y la generosidad de muchas personas que quisieron sumarse a esta iniciativa por el cuidado de la casa común.


Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia