Mié. Abr 24th, 2024

Durante la audiencia general de ayer, el Papa Francisco afianzó que “La misa no se puede escuchar sin más, como si nosotros fuéramos solo espectadores de algo que se desliza sin involucrarnos. La Misa siempre es celebrada, y no solo por el sacerdote que la preside, sino por todos los cristianos que la viven. ¡El centro es Cristo! Todos nosotros, en la diversidad de los dones y de los ministerios, todos nos unimos a su acción, porque es Él, Cristo, el Protagonista de la liturgia”.

 

“La liturgia es evento, es acontecimiento, es presencia, es encuentro. Es un encuentro con Cristo. Cristo se hace presente en el Espíritu Santo a través de los signos sacramentales: de aquí deriva para nosotros los cristianos la necesidad de participar en los divinos misterios. Un cristianismo sin liturgia me atrevería a decir que quizás es un cristianismo sin Cristo.

 

El Papa también afirmó que “La liturgia no es solo oración espontánea, sino acción de la Iglesia y encuentro con Cristo mismo y, por lo tanto, no existe espiritualidad cristiana que no tenga como fuente la celebración de los divinos misterios”.

 

“Incluso en el rito más despojado como el que algunos cristianos han celebrado y celebran en los lugares de prisión, o en el escondite de una casa durante los tiempos de persecución, Cristo se hace realmente presente y se dona a sus fieles”.

 

“La Misa no puede ser solo escuchada: voy a escuchar misa, no es una expresión correcta, porque la misa es siempre celebrada”, agregó el Pontífice.

 

Se le debe reconocer a la liturgia su importancia espiritual

 

El Papa recordó que a lo largo de la historia de la Iglesia ha estado presente la tentación de practicar un “cristianismo intimista”, es decir, una religiosidad que no le reconoce a la liturgia su importancia espiritual. Esto llevó a que muchos fieles, participando incluso a la Misa dominical, le hayan quitado importancia, y hayan buscado alimento para su fe y su vida espiritual en fuentes devocionales y no en la liturgia.

 

De igual manera, hizo énfasis en la Liturgia del Vaticano II que subraya la importancia de la divina liturgia en la vida de los cristianos, pues en ella se encuentra el hecho de que Jesucristo no es una idea o un sentimiento, sino una Persona viviente, y su Misterio, un evento histórico.

 

“La liturgia pide ser celebrada con fervor”

 

“La liturgia pide ser celebrada con fervor, para que la gracia derramada en el rito no se disperse, sino que alcance la vivencia de cada uno”.

 

Cada vez que celebramos un Bautismo, o consagramos el pan y el vino en la Eucaristía, o ungimos con óleo santo el cuerpo de un enfermo, ¡Cristo está aquí! Es Él quien hace, es Él quien está presente. Está presente como cuando sanaba los miembros débiles de un enfermo, o entregaba en la Última Cena su testamento para la salvación del mundo.

 

La oración de los cristianos pasa a través de mediaciones concretas: la Sagrada Escritura, los Sacramentos, los ritos litúrgicos y la comunidad. En la vida cristiana no se prescinde de la esfera corpórea y material, porque en Jesucristo esta se ha convertido en camino de salvación. Podríamos decir que ahora tenemos que rezar con el cuerpo. El cuerpo entra en la oración.

 

 

 

 

Fuente: Vatican News
 
 
Nota enviada por la periodista Teresita González a webmaster