Jue. Mar 28th, 2024

El 9 de diciembre la Iglesia celebra la fiesta de San Juan Diego Cuauhtlatoatzin –“el águila que habla”–, el indio vidente de la Virgen de Guadalupe, pero no todos conocen la importancia de la canonización del primer santo indígena de América Latina.

San Juan Pablo II canonizó a Juan Diego el 31 de julio de 2002, en la Basílica de Guadalupe de Ciudad de México, y destacó en esa ocasión que “Juan Diego, al acoger el mensaje cristiano sin renunciar a su identidad indígena, descubrió la profunda verdad de la nueva humanidad, en la que todos están llamados a ser hijos de Dios en Cristo”. 

El P. Eduardo Chávez, uno de los mayores expertos en la aparición de la Virgen de Guadalupe y postulador de la causa de canonización de San Juan Diego, destacó que con este acto quedó confirmado “el milagro guadalupano en su gran extensión y trascendencia. Es un hecho histórico que trasciende tiempo y espacio”.

El sacerdote mexicano, también director del Instituto Superior de Estudios Guadalupanos, destacó que, si bien en México desde el siglo XVI era asumida como un hecho la santidad de Juan Diego, porque “fue el intercesor de la Virgen y era su mensajero”, el proceso de canonización “ayudó muchísimo para encontrar, cotejar y ver la convergencia de tantas fuentes y documentos históricos”.

“Algunos ya se conocían, otros fueron encontrados”, señaló

El P. Chávez recordó que en la primera parte de la causa de canonización “se tiene que analizar la fama de santidad inmemorial, cosa que Juan Diego tenía y obviamente se observa en estos documentos donde se le llama ‘varón santo’, ‘varón santísimo’, donde se le ha dibujado con aureola en el siglo XVI”.

En la segunda parte del proceso, señaló, se requiere “comprobar un milagro”.

Este milagro, dijo, fue el de “un joven que quiso suicidarse, y saltó desde una altura de 10 metros, rompiendo su cabeza en el suelo”.

“En cuatro días, sanó perfectamente este joven, porque la mamá le pidió a Juan Diego”, señaló.

Finalmente, dijo, el Papa “determina canonizarlo, después de toda esta investigación y análisis, y de toda la parte teológica, vida y virtudes de Juan Diego, y la comprobación de un milagro”.

Para el P. Chávez, es aquí donde está lo más importante de la canonización, pues cuando el Santo Padre “canoniza a alguien, en este caso a Juan Diego, ahí va implícito el dogma de la infalibilidad del Papa”.

Con la canonización “el Papa nos dice al mundo entero que esta persona está en el cielo, que es puente de unidad entre Dios y los seres humanos, es intercesor. Y es modelo de santidad”.

El vidente de Guadalupe “representa a cada uno de nosotros” y con su canonización “se confirma que el encuentro de Dios a través de la Virgen de Guadalupe ante el indio Juan Diego (…) es totalmente cierto”, afirmó.

Fuente: Aciprensa