Sáb. Abr 20th, 2024

Tres obispos suizos instan a sus párrocos a celebrar la liturgia según las directrices de la Iglesia. Sí, es sorprendente que esto sea noticia, pero lo es.

En una carta del pasado jueves 5 de enero, publicada por kath.ch, Joseph Bonnemain , Markus Büchel y Felix Gmür enfatizan que los creyentes tienen derecho a un culto que sigue las reglas y formas de la Iglesia.

«El testimonio común necesita formas y reglas comunes», dice la carta. Aquí a menudo nos encontramos «muy por detrás de nuestras posibilidades». Una y otra vez, los obispos han recibido consultas y comentarios sobre las celebraciones religiosas. No se menciona el motivo de la publicación esta carta de los obispos, pero por una carta adjunta del obispo Büchel de St. Gallen , también publicada por kath.ch, está claro que la carta está relacionada con el escandalazo de la «ex líder parroquial» Monika Schmid , quien se situó en el altar como «concelebrante» en una Eucaristía. Aquello fue un simulacro sacrílego que el polémico obispo Bonnemain dijo que investigaría, y del que se desconoce todavía el resultado.

La carta, lógicamente, se refiere en particular a quienes presiden las celebraciones litúrgicas. «Todos sabéis que sólo el sacerdote preside válidamente la Eucaristía, administra la reconciliación sacramental y administra la unción de los enfermos. Precisamente para este fin es ordenado», subrayan los obispos. Mucha gente se pregunta cuál es el estado de descomposición e inacción para tener que señalar algo tan obvio.

Y continúan diciendo que no se trata de una obediencia ciega o de «la promoción del clericalismo patriarcal», sino de la convicción «de que los sacerdotes en el servicio y en la administración de los sacramentos hacen visible que Jesucristo mismo obra en y por los sacramentos». La Iglesia ha sostenido esto desde el cristianismo primitivo, y con gran unanimidad ecuménica.

Según Katholisch, en su carta, los obispos se comprometieron a escuchar las preguntas de muchos que quisieran participar en la liturgia de una manera diferente, «por ejemplo, como mujer». También se escucha la preocupación por un lenguaje bueno y adecuado en la liturgia: «Sin embargo, os exhortamos a no convertir el signo de la unidad, la liturgia, en un campo de experimentación de proyectos personales.

Fuente: Infocatólica