Vie. Mar 29th, 2024

En un nuevo ejemplo de labor social, por parte de la iglesia en Ucrania, monjas benedictinas las cuales pertenecen al monasterio Solonka, acostumbradas a vivir en silencio y la soledad exterior, decidieron abrir sus puertas y ayudar a las personas afectadas por la guerra.

 

Hasta la fecha, calculan que han pasado por el monasterio más de 500 personas. «En estos momentos, el monasterio en su mayoría acoge a los que no tienen la intención de ir al extranjero, entre ellos hay quienes no tienen adónde volver. Ahora tenemos 75 personas, incluidas las hermanas de nuestra comunidad Zhytomyr», cuenta la religiosa.

 

Para ayudar a las personas a superar estos difíciles y traumáticos momentos, las religiosas involucran a todos en las tareas y el servicio mutuo: limpieza del monasterio, trabajo en la cocina y el refectorio. Tienen 20 niños, así que una de las habitaciones ha sido reformada como sala de juegos.

 

Las hermanas han salido de la clausura y del silencio pero están convencidas que es lo que les pide Dios en estos momentos: “Así es como nuestra comunidad de hermanas y hermanos lee los signos de los tiempos, así es como se ve nuestro ministerio ahora”·.

Y concluye dejando claro que, a pesar del trabajo y la dedicación, su tiempo de oración sigue siendo el pilar de su vida: “Por lo demás, continuamos el ritmo de nuestra vida en oración común en la liturgia de las horas. Tenemos horas adicionales de adoración a la sagrada eucaristía. ¡Que el Señor sea glorificado en todas las cosas!”

 

 

Fuente: Infocatólica

Redacción: Natalia monroy