Un grupo de sacerdotes en Dallas (Estados Unidos) continúan con el servicio en los hospitales y arriesgan su vida para ofrecer los Sacramentos a los enfermos de coronavirus, que se mantienen aislados de sus familiares por el riesgo de contagio.
Un grupo de ocho sacerdotes de la Diócesis de Dallas van a los hospitales a pedido de los familiares de los enfermos con COVID-19, para brindarles sanación espiritual, mientras se encuentran aislados para evitar la propagación del virus.
En una entrevista a WFAA, el párroco de la Parroquia St. Paul the Apostle, P. John Szatkowski, y el Vicario Parroquial, P. Tymoteusz Ksiazkiewicz, indicaron que este grupo empezó por el pedido del Obispo de Dallas, Mons. Edward J. Burns.
Los sacerdotes indicaron que la tarea de este grupo conlleva visitar hospitales a pesar de la pandemia y llevar esperanza a los pacientes y sus familiares, por lo que, aquellos que decidieran aceptar esta misión debían ser jóvenes, sin enfermedades preexistentes y no vivir en la misma comunidad de un sacerdote mayor.
El P. Ksiazkiewicz, quien ha sido consagrado el año pasado, y el P. Szatkowski, quien ya lleva 10 años en el servicio sacerdotal, han visitado más de cien pacientes con coronavirus en los últimos meses.
“(Hacemos esto) para traer paz, les traemos la buena nueva de que el Señor no los ha abandonado”, dijo el P. Ksiazkiewicz.
Con el equipamiento de protección personal y la supervisión del personal de salud, los sacerdotes ingresan al hospital portando lo mínimo indispensable para brindar los Sacramentos, junto con un pequeño kit, que incluye una oración y una estampa de algún santo.
El P. Szatkowski indicó que muchos de los pacientes no pueden comunicarse, al encontrarse inconscientes o intubados, por lo que, hace su mayor esfuerzo para asegurarse que su cleriman sea visible, para que sepan que un sacerdote los está visitando.
Ambos sacerdotes indicaron que los religiosos han asumido tareas mucho más riesgosas, incluso más mortales, mucho antes que ellos.
“Estoy dando mi vida visitando a los enfermos. La base es la misma: el deseo de amar y el deseo de dar vida”, dijo el P. Ksiazkiewicz.
Fuente: Aciprensa