Vie. Mar 29th, 2024

El Papa Francisco ha sido un incansable promotor de encuentros internacionales con movimientos populares en todo el mundo. En la última carta a estos movimientos (2020), el pontífice argentino los convocó a “pensar en el proyecto de desarrollo humano integral que anhelamos, centrado en el protagonismo de los Pueblos en toda su diversidad y el acceso universal a esas tres T que ustedes defienden: tierra, techo y trabajo”.

 

Con este impulso de fondo, Cáritas, la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos y la Red eclesial de Migrantes y Refugiados CLAMOR, junto con cuatro universidades de la región, han decidido unirse. Encabezados por el cardenal guatemalteco Álvaro Ramazzini así poner en marcha la primera Escuela Latinoamericana de Líderes Populares y Movimientos Sociales.

 

Cuatro universidades católicas

 

Los cursos se llevarán a cabo todos los sábados del 11 de septiembre al 27 de noviembre de este año. Será a través de una plataforma virtual. Quienes aprueben recibirán un diploma y certificación interinstitucional de las cuatro universidades católicas latinoamericanas que participan en el proyecto. Se trata de la Universidad Finis Terrae de Chile, la Universidad Católica Lumen Gentium de México. También la Universidad Católica del Táchira y la Universidad Católica Cecilio Acosta, ambas de Venezuela.

 

Según los organizadores de la Escuela, José Antonio Rosas, fundador de la Academia de Líderes Católicos y Elvy Monzant, exsecretario ejecutivo de Justicia y Paz del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), la aspiración de fondo es “formar verdaderos ciudadanos, que son convocados a una lucha, para dejar de ser masa y en su lugar ser persona, ser pueblo”.

 

Otra de las intenciones con la que nace la Escuela es que las organizaciones que en América Latina trabajan con migrantes, desplazados, refugiados y sobrevivientes de trata refuercen el trabajo calificado de los líderes.

   

Son ellos los “que día a día están en las fronteras humanas y existenciales ayudando a derribar muros y construir puentes de solidaridad en favor de las personas en movilidad forzosa”.

 

Voces calificadas con un objetivo en común

 

Uno de los profesores invitados, Rocco Buttiglione, exministro para la Unión Europea de Italia y exvicepresidente del Parlamento Italiano señaló:

 

“Necesitamos en América Latina, líderes que tengan corazón de pueblo y cultura de la complejidad». «Que tengan confianza al pueblo y gocen de la confianza del pueblo», sostuvo. «Que sepan hablar al pueblo, escucharlo y llevar su voz en las grandes deliberaciones de la sociedad globalizada. Para eso sirve esta Escuela de Líderes Populares”, agregó.

 

Por su parte, el teólogo Alberto Luciani, expresó: “Ante los cambios políticos que vienen sucediendo en América Latina, la Iglesia jugará un rol fundamental en la formación de nuevos líderes que contribuyan con la reconstitución del tejido social fracturado por los nuevos populismos”.

 

Se trata, dijo, de un programa, con una visión humanista interdisciplinaria. “ofrece la oportunidad de formar nuevos líderes populares que se inspiren en el bien común y busquen construir el bienestar de los pueblos”, indicó.

Volver a proponer la vitalidad del Evangelio

 

Otro de los profesores, el recientemente nombrado secretario de la Pontificia Academia para América Latina, el mexicano Rodrigo Guerra, subrayó:

 

“Hoy más que nunca la Iglesia tiene que anunciar una buena noticia a los líderes populares para que de la mano de la Doctrina social de la Iglesia podamos volver a proponer la vitalidad del Evangelio desde las bases y las periferias”.

 

Por su parte, el padre Francisco Hernández Rojas, exdirector nacional de Pastoral Social Cáritas de Costa Rica y actual secretario ejecutivo para América Latina y el Caribe de Cáritas dijo que esta Escuela es para la Pastoral Social Cáritas “un espacio de formación».

 

Esto prosiguió, «para ‘ser más’ de personas rectas, con sentido claro de la realidad y agentes políticos que tengan una profunda vocación al bien común”.

 

Finalmente, el sacerdote costarricense, apuntó que para lograr este cometido, “se necesita preparación profesional y coherencia ética».

 

«Por eso la Escuela de Líderes sabe que América Latina y el Caribe necesita líderes que saben escuchar la voz de las poblaciones», indicó. «Especialmente las descartadas, empobrecidas y violentadas teniendo en cuenta su situación para poder entender adecuadamente sus expectativas”.

 

 

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