Jue. Mar 28th, 2024

La palabra “capilla” tiene una curiosa procedencia, y tiene que ver con un santo muy conocido, Martin de Tours. El origen etimológico de la palabra proviene del latín medieval “capella” cuyo significado literal es “capa pequeña”, en referencia a la prenda de vestir que llevaban antiguamente los hombres y que todavía se usa mucho en algunos cuerpos militares, como vestimenta de gala. San Martín, justamente era un militar romano del siglo IV al servicio de la Galia.

 

 

 

 

Según cuenta la leyenda, estando en Amiens (Francia) como soldado, un día de frío invierno se encontró con un mendigo. Martín dividió su capa en dos y le dio una parte al pobre.

 

Sus biógrafos cuentan que esa misma noche se le apareció Cristo en sueños y le agradeció por haberlo cubierto con la mitad de su capa.

 

Más tarde dejó la vida de militar, se bautizó y se dedicó a la evangelización como sacerdote y luego como obispo de Tours.

 

Cuando murió san Martín el trozo de capa que conservaba fue guardada como reliquia, la muy venerada “Sanctus Martinus Capella”.

 

La reliquia fue expuesta en un oratorio, eran innumerables los fieles, ilustres personajes y santos que llegaban a rezar dónde se encontraba la capa.

 

Con el paso del tiempo la gente comenzó a denominar al oratorio, con el nombre de “capilla”, y más tarde a todos los pequeños oratorios de igual manera.

 

Actualmente las capillas arquitectónicamente pueden ser independientes, o puede estar dentro de otro edificio, como en una basílica, iglesia de grandes dimensiones, palacio, hospital, etc.

 

 
Fuente: Aleteia
 
 

 

 

 

 

 
 
Nota enviada por Teresita Gonzalez a webmaster