Mar. Abr 16th, 2024

En la ciudad de Płock, en Polonia se dio inicio al juicio contra tres activistas LGBT, por el delito de ofensa a los sentimientos religiosos porque en abril de 2019, las tres acusadas colocaron y distribuyeron afiches de la Virgen de Częstochowa y del Niño Jesús con la aureola con los colores del lobby LGBT.

 

Cabe recordar que la imagen de la Virgen de Czestochowa, es la patrona del país y un ícono muy querido por el Papa San Juan Pablo II.

 

De ser halladas culpables, este delito puede castigarse hasta con dos años de prisión. Las mujeres son Elżbieta Podleśna, Anna Prus, y Joanna Gzyra-Iskandar.

 

Cuando se inició el juicio, el 13 de enero, un grupo de jóvenes manifestantes gritaba desde afuera de la corte: “Polonia secular y no católica” y “El arcoíris no ofende”. Las arengas fueron tan fuertes que la audiencia fue aplazada para el 17 de febrero.

 

Karolina Pawłowska, directora del Ordo Iuris International Law Center en Varsovia, dijo que confía en que el juicio llegue a buen término de acuerdo a la ley polaca. En su opinión, la imagen en cuestión “se enmarca en todas las premisas de profanación, que está incluida en el código penal polaco en su artículo 196”.

 

Pawłowska aseguró que los católicos polacos no solo están preocupados por la imagen en sí misma sino por el uso que se le ha dado “porque ha sido difundida ampliamente en redes sociales”.

 

“Desde el punto de vista de los católicos que defienden los valores cristianos y la libertad religiosa debe ser obvio que este tipo de provocaciones no deben darse en el debate público, porque no es un elemento del debate público y no debe aceptarse como tal, sino que debe considerarse como una ofensa para mucha, mucha gente”, afirmó Pawłowska a CNA, agencia en inglés del Grupo Aciprensa.

 

La irrespetuosa imagen fue publicada por el sacerdote jesuita estadounidense, James Martin, editor de la revista América Magazine y dijo en su cuenta de twitter, el 19 de enero: “La comunidad LGBT tiene pocas imágenes como esta. Por eso no es de extrañar que agreguen su propio símbolo, el arcoíris, de manera respetuosa, a una querida imagen de su madre. Qué apropiado que esté llorando, por eso su hijo sufre cada vez que una persona LGBT es perseguida”.  

Fuente: Aciprensa 





Nota enviada por la periodista Teresita González a webmaster