Vie. Oct 11th, 2024

Este domingo 02 de octubre, en el Día Internacional de la No Violencia, se llevó a cabo en la ciudad del principal puerto marítimo de Colombia, el “acto simbólico por la paz en Buenaventura”, liderado por monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, obispo de esta Iglesia particular.
 

Según explicó el prelado, a partir de las 9 de la mañana y durante todo el día en el Barrio Juan XXIII, se desarrollaron una serie de actividades religiosas, deportivas, recreativas y musicales, con la participación de la comunidad en general, resaltando de manera especial, la asistencia de integrantes de las bandas de los ‘Shotas’ y los ‘Espartanos’, quienes en días pasados decidieron acogerse a un proceso local de paz. Entre ellos jugaron un campeonato de microfútbol, portando unas camisetas que tenían una simbología, como signo de compromiso por la paz.
 

Este es un programa piloto que inició hace mes y medio y que incluye un cese al fuego, el mismo se materializó este domingo con un partido de fútbol y contó con la  intermediación de la Iglesia Católica.
 

ENTREVISTA A MONS. RUBÉN DARÍO JARAMILLO MONTOYA

Ofrecemos la transcripción de la entrevista que Caracol Radio Cali, realizó a monseñor Rubén Darío Jaramillo Montoya, en la que explica el papel facilitador que la Iglesia está ofreciendo en esta zona del país, entre bandas delincuenciales, que permitan llegar al cese de la violencia. También se refirió a los diálogos pastorales que desde todas las regiones del país se vienen liderando.
 

Entrevista
 

PERIODISTA
En Buenaventura ya han comenzado a darse pasos para ver si es posible lograr la paz entre los grupos delincuenciales que se enfrentan en las calles de Buenaventura, que protagonizan la preocupación de los habitantes en los barrios, también a los comerciantes les genera inseguridad, las extorsiones y demás, pero como ya lo había contado Caracol radio desde la semana pasada y con la mediación de la Iglesia Católica se ha logrado que se den pasos para que por lo menos haya un cese de agresiones y se haga o se cumpla un cese también de esto de las fronteras invisibles que hay en algunos barrios y que se establecen entre estas organizaciones delincuenciales.
 

Son pasos esperanzadores los que se están dando en Buenaventura y por eso queremos hablar con el señor obispo Rubén Darío Jaramillo, monseñor, muchísimas gracias por acompañarnos.
 

Monseñor hay una gran expectativa en el país porque se avance en esta propuesta de una paz total y usted en esta semana que termina nos hizo un anuncio importante de los pasos que se han dado en Buenaventura, donde se requiere tanto de esa paz.
 

¿Qué es lo que se ha podido lograr con organizaciones como ‘Shotas’ y los ‘Espartanos’ en medio de los diálogos que se ha podido sostener con ellos?
 

MONSEÑOR
Hace más o menos mes y medio, hemos venido dialogando con estos grupos que han generado tanta violencia, llamados los ‘Shotas’ y los ‘Espartanos’ en Buenaventura, para que en el marco de esta paz total del Gobierno Nacional, puedan aceptar un cese al fuego que era el delito de más alto impacto que teníamos en Buenaventura.
 

En los últimos tiempos teníamos un promedio de 25 a 30 personas asesinadas cada mes y el registro del mes de septiembre que estamos culminando, es que apenas hay un homicidio. Esto es una disminución de más del 95% en este delito y esto es lo que nos anima a poder continuar acompañando este proceso. Ellos se han comprometido primero, a dejar los homicidios, ojalá terminar el año en cero estos meses que faltan, cero homicidios por parte de ellos; y segundo, quitar las fronteras invisibles, porque las comunidades no podían pasar de un lugar a otro, había restricción, ellos mismos las habían colocado y ahora deciden que todos pueden movilizarse por todas partes.
 

Ellos quieren ayudar a la paz  de Buenaventura, ellos saben lo que ha implicado para la comunidad esa situación tan compleja, pero también han manifestado que quieren ya la paz, que están cansados de la guerra y que quieren apostarle a algo diferente en lo que ellos y sus familias van estar bien, en paz y con vida, porque es lo más importante.
 

PERIODISTA
P/ Monseñor hay una particularidad en esto y es que son dos grupos que se enfrentan, que obviamente con sus enfrentamientos generan unas consecuencias para las comunidades y que ya el enfrentamiento con la fuerza pública viene posterior. ¿Cómo se logra poder acercarlos, cómo fue ese proceso, que permitiera que ellos dijeran esto “no queremos más y vamos a parar estos enfrentamientos” y las fronteras invisibles que no sigan afectando a la comunidad?
 

MONSEÑOR
Lo más importante era generarles confianza, de que ellos podían confiar en el proceso mismo y eso es lo que hemos hecho, acercarnos, darles confianza de que es verdad que se puede vivir en paz, de que no es necesario que ellos estén en una guerra absurda, porque en el fondo nos estamos matando nosotros mismos. Hacerles entender que la guerra no es el camino, que ellos no están consiguiendo nada, o les queda la cárcel, la muerte o la salida civilizada, negociar y hablar. 
 

Definitivamente ellos también quieren apostarle a una paz verdadera en Colombia. Porque Buenaventura mejora su nivel de calidad de vida y vendrá la inversión, se ganará confianza también para que los empresarios puedan generar empleo, que es lo que más necesitamos en este puerto, el turismo se va activar, entonces son noticias muy buenas y trascendentales para un puerto que ha ocupado el puesto número 13 como la ciudad más violenta del mundo.
 

PERIODISTA
Qué nos puede decir, sin que esto afecte las confidencialidades que tienen este tipo de diálogos. ¿Qué nos puede decir de los voceros y líderes de estas dos organizaciones, cómo los percibe usted, alejándose por un momento de que son líderes de una organización que lideran acciones violentas, que han sido causantes de ese terror en Buenaventura? ¿Usted que ha podido percibir de ellos al mirarlos a los ojos, que ha podido encontrar?
 

MONSEÑOR
Yo veo el cansancio de la guerra, la guerra no trae sino dolor y sufrimiento y ante todo, ellos están esperanzados en sus hijos y nos dicen por favor hagan algo, el Estado colombiano tiene que hacer algo con los niños y los jóvenes, no queremos que ellos terminen donde estamos nosotros, ellos están pensando en sus hijos, en niños, niñas, en jóvenes que están creciendo y que saben que su papá está en lo que nosotros  llamamos «en el cuento» y dicen, “no, mi niño no puede sufrir tanto”, entonces quieren terminar esta situación, quieren acabar con esta ola de violencia.
 

Ellos saben que tienen una deuda con la justicia colombiana y están esperando que el Estado colombiano pruebe una normatividad hacia ellos o unas penas alternativas, una justicia especial para la paz para ellos y que ya se está construyendo en diálogos con el Alto Comisionado para la Paz, esperando que esto pueda darse y que podamos entre todos ir avanzando en ese proceso de construir una paz por regiones, por zonas y ante todo una paz que nos lleve a todos a vivir diferente y a vivir mejor.
 

PERIODISTA
Usted ha podido hablar con el Alto Comisionado, ¿él ya conoce directamente estos avances, que ha dicho él?
 

MONSEÑOR
Hemos hablado con el doctor Iván Danilo Rueda Rodríguez, hemos tenido unas conversaciones para poder apoyarnos, porque realmente esto hace parte de unos diálogos nacionales, donde hay según cuentas, 23 bandas, de las cuales ya 10 se han acogido al proceso del cese al fuego, que han decidido no más asesinatos en sus territorios.
 

Se está discutiendo otros tipos de beneficios para todos, frente al robo y la extorsión, eso se sabe que es de acabarse, queremos también que eso disminuya o que se acabe, esto debe acabarse, estos jóvenes están pidiendo empleo para poder vivir, sostener a sus familias, ellos pagan arriendo, tienen sus necesidades básicas, entonces queremos ojalá ofrecerles capacitación, estudio, proyectos productivos y empleo formal, de esa manera podríamos pensar que podemos avanzar para que se acabe definitivamente todo tipo de delitos, el robo y la extorsión que afectan tanto a los comerciantes en todos los niveles.
 

PERIODISTA
En esta tarea de mediación, de trabajo humanitario, de búsqueda de la paz que hace la Iglesia a través suyo en Buenaventura, usted que representa también de alguna manera el sentir de la comunidad, ¿hay pasos con otros grupos, vendrán buenas noticias sobre este particular?
 

MONSEÑOR
Hay otros grupos que ya son organizados, como el ELN, las disidencias de las FARC, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, que tenemos en este territorio y todos los demás grupos, digamos tienen ya una ruta que el Estado colombiano se está reuniendo y está avanzando en eso.
 

Nosotros como Iglesia también acompañamos algunos procesos a nivel del episcopado, queremos aprovechar los diálogos pastorales, estos diálogos desde la Iglesia para ir construyendo todo un estado en función de la paz y esto es muy importante porque no se trata solo de un grupo, sino de hablar con todos. Los diálogos son rutas distintas porque el Estado reconoce unos grupos organizados que han tenido un tinte político, en el sentido de que van contra el Estado colombiano y hay otros grupos que son las bandas criminales, que no están con ninguna ideología, no están luchando contra el Estado, sino que tienen un interés económico y de territorio de poder. Detrás de todo esto en el corazón de las personas termina habiendo un orgullo, una prepotencia, unos deseos de tener más que el otro, y esto es propio de un corazón que está triste, que está solo, que está golpeado.
 

Porque son jóvenes que tienen unas familias disfuncionales, que son familias donde no ha habido un sentido de amor, de cariño, no ha habido autoridad en sus hogares, les ha faltado la educación, no han tenido oportunidades y finalmente terminan en esto. Que si esas personas hubiesen tenido las oportunidades que hemos tenido otros, como nosotros, quizá no estuvieran pasando en eso. Lo importante es que nosotros podamos tratar las raíces del problema con nuestros niños y jóvenes para ofrecerles alternativas, oportunidades en el Pacífico. Tenemos el deporte, la gastronomía, el turismo, la parte portuaria, la ecología, tenemos todo el sentido de esta biodiversidad, que nos enriquece en el Pacífico, si proyectamos todo a los jóvenes y niños hacia el desarrollo de todos esos campos, pues ya no habrá campo para la guerra. A veces se llega ahí, simplemente porque estamos en unas circunstancias en esos barrios, en esas zonas más periféricas y más pobres y terminan engrosando esas bandas, que es lo que más nos interesa arrancar y llegar hasta la raíz del problema para que no seguir generando jóvenes metidos en las bandas criminales.
 

PERIODISTA
Le insisto en esa licencia que ha dado el gobierno para que la regiones tengan protagonismo, un ejemplo de ello son los llamados “diálogos regionales incluyentes”, en ese escenario que ha permitido el gobierno, particularmente en Buenaventura, acercamientos con el ELN y disidencias, para también conocer y pulsar un poco cuál es el pensamiento de ellos y también si hay disposición.
 

MONSEÑOR
Hay disposición, todavía no hemos empezado estos diálogos en nuestra región, el 18 de octubre vendrá la vicepresidenta, la doctora Francia Márquez, para iniciar los primeros diálogos regionales vinculantes en Buenaventura.
 

PERIODISTA
Es decir con ELN y disidencias todavía no hay acercamientos.
 

MONSEÑOR
Hay unos acercamientos generales a nivel nacional y la Iglesia está acompañándolos, nosotros acompañamos y facilitamos los procesos. Lo estamos haciendo y lo hemos venido haciendo porque para nosotros es importante el tema de la paz integral, pero digamos en la particularidad de las regiones todavía no.
 

PERIODISTA
Monseñor usted ha mencionado, porque me parece que es bien importante que también se incluyan otros sectores que han sido afectados por la violencia en Buenaventura. ¿Usted qué percibe en los comerciantes, en los empresarios? en su contribución también a que cesen estos hechos de violencia, pues también además como diría, además de producir sus negocios, también ellos aporten algo o generen más empleo y ayuden a superar los problemas de hambre que tiene Buenaventura en algunas zonas. ¿Cómo los percibe, los siente comprometidos usted que ha podido hablar con ellos?
 

MONSEÑOR
Es un tema como de feed-back, pero ¿qué significa esto?  que, si hay seguridad, hay inversión, hay empleo y hay compromiso. Pero a veces los comerciantes fuera de pagar todo lo que tienen que hacer ante las autoridades legalmente constituidas, les toca pagar unas vacunas, unas extensiones, entonces se ven más afectados, pero en el caso de parar esta guerra, hay un ánimo muy grande entre los empresarios de Buenaventura de aportarle y contribuir con la paz, porque ellos son los primeros beneficiados, si hay turismo, si hay gente, si hay emprendimiento, los empresarios van a ganar más, ellos están dispuestos a aportar en la medida de sus posibilidades.
 

Ya hemos hablado con los gremios, con algunas empresas portuarias y ellas están muy interesadas en que este proceso avance, porque con la paz todos ganamos y con la guerra, todos perdemos. Hay buen ánimo, estamos esperando ya que el Estado colombiano, en los distintos niveles, para que ellos puedan primero, avanzar en darle una normatividad jurídica al proceso; y segundo, den una inversión social. Los mismos jóvenes están pidiendo que se mejoren las escuelas, los puestos de salud, que se logre en los distintos barrios mejorar el alcantarillado, el agua, están pidiendo lo que cualquier ciudadano. Por eso yo creo que es un tema de atención integral en todos los aspectos, para que podamos hablar de un desarrollo para todos.
 

PERIODISTA
Monseñor este será un fin de semana y particularmente este domingo donde se desarrollarán varias actividades, de esas que acercan la Iglesia a la comunidad, muchas actividades donde usted  también puede percibir, pulsar, palpar lo que la gente le preocupa y quiere. ¿Qué tiene previsto para este domingo?
 

MONSEÑOR
Este domingo vamos a hacer algo que hemos denominado el gran “acto simbólico de la paz para Buenaventura” y es donde estos dos grupos, van a mostrarle a la ciudadanía que ya no se están enfrentando, sino que quieren construir la paz y por eso se han establecido unos cuadrangulares, son los campeonatos de microfútbol, justo en el barrio donde más ha habido enfrentamientos entre estas dos bandas, donde antes se tiraban bala, ahora van a tirar goles y vamos entonces hacer un cuadrangular de microfútbol entre ellos y vamos a hacer una olla comunitaria, en el Barrio Juan XXIII, que aquí le llamamos cariñosamente Juancho.
 

Vamos a tener unos juegos de mesa, porque la gente del común, los niños, los jóvenes y los adultos mayores les gusta mucho este tipo de juegos, vamos a tener artistas, estamos invitando a todos los artistas de Buenaventura y hay un compromiso de todos ellos de aportarle a este proceso, vamos a tener eucaristía a las 2 p.m. por lo tanto es una actividad donde se le va a decir a la comunidad de Buenaventura, que no es simplemente unas declaraciones, sino que es una realidad y lo van a poder ver ahí, directamente con este acto simbólico que vamos a tener para decirle a la comunidad que estas bandas han decidido bajar las armas, bajar este odio, esta guerra y apostarle a la paz.
 

PERIODISTA
¿Monseñor y van a hacer goles y a jugar fútbol los integrantes de estas bandas?
 

MONSEÑOR
Goles por la paz, eso es lo que queremos con la ayuda de DIOS, vamos a estar allí en este pequeño campeonato, entre los mismos muchachos de los grupos, que como decía antes que no se podían ver juntos, vamos a tener unas camisetas de compromiso por la paz de gran simbología, de construcción de paz para nuestra ciudad.
 

PERIODISTA
Monseñor nos alegra hablar con usted que en medio de la realidad hay una esperanza y que los pasos que usted ha dado con todo su equipo de trabajo, usted liderando a la comunidad, están viéndose estas manifestaciones de paz y que ojalá se consoliden plenamente para el bien de Buenaventura.
 

MONSEÑOR
Muchas gracias a ustedes y decirle a toda la comunidad yo le quiero pedir mucha oración a toda la comunidad, que le pidamos a DIOS por la paz, es posible construir la paz, si lo estamos haciendo en Buenaventura y llevamos este  tiempo tan largo ya sin homicidios, se puede hacer en Cali, se puede hacer en nuestras regiones, de deponer las armas, ese camino de la violencia no puede seguir en una región tan linda, con tantas posibilidades como tenemos nosotros en el valle, en Colombia y podremos ser una gran ciudad o un gran país si nos lo proponemos, si ayudamos y entre todos construimos unas condiciones diferentes, que DIOS los bendiga.


Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia