Dom. Sep 8th, 2024

Para presidir la Audiencia General de este miércoles 3 de agosto, el Papa Francisco entró caminando con bastón al Aula Pablo VI del Vaticano, y no en silla de ruedas como en los últimos meses. 

A partir de esta semana, el Santo Padre reanudó sus actividades oficiales, después de la breve pausa que realizó durante el mes de julio antes de su viaje apostolico a Canadá. El Santo Padre fue recibido con ovaciones y aplausos por las personas presentes en el Aula Pablo VI del Vaticano.  

Después de la lectura del breve pasaje de Jesús con los discípulos de Emaús en diferentes idiomas, el Papa Francisco pronunció su catequesis en italiano que dedicó a su reciente viaje a Canadá. 

El Santo Padre recordó que el lema del viaje fue “Caminar juntos” y añadió que “en Canadá se ha iniciado un recorrido para escribir una nueva página, una página del camino que desde hace tiempo la Iglesia está realizando junto a los pueblos indígenas”.

Se trata de “un camino de reconciliación y de sanación, que presupone la conciencia histórica, la escucha de los supervivientes, la toma de conciencia y sobre todo la conversión, el cambio de mentalidad”, afirmó.

En esta línea, el Papa reconoció que “algunos hombres y mujeres de Iglesia han estado entre los más decididos y valientes defensores de la dignidad de las poblaciones autóctonas, poniéndose de su lado y contribuyendo al conocimiento de sus lenguas y culturas”.

Sin embargo, el Santo Padre lamentó que “lamentablemente no han faltado cristianos – sacerdotes, religiosos, religiosas, laicos- que han participado en programas que hoy entendemos que son inaceptables y también contrarios al Evangelio. Y por eso, fui a pedir perdón en nombre de la Iglesia”.

Al referirse al reciente viaje apostolico que realizó del 24 al 30 de julio, el Papa señaló que tuvo tres etapas: la primera, en Edmonton, en la parte occidental del país, en Quebec, en la parte oriental, Y la tercera en el norte, en Iqaluit, quizá a 300 km del círculo polar” y que consistieron en “la memoria, la reconciliación y la sanción”.

Finalmente, al referirse a los diferentes momentos que compartió con los pueblos indígenas, el Papa Francisco dijo que, “en estos encuentros, sobre todo en el último, debí haber sentido como bofetadas por el dolor de aquella gente: cómo han perdido, los ancianos que han perdido a sus hijos no sabían dónde habían acabado, por esta política de asimilación. Fue un momento muy doloroso, pero se tenía que dar la cara, debemos dar la cara ante nuestros errores, nuestros pecados”.

“Que la fortaleza y la acción pacífica de los pueblos indígenas de Canadá sea de ejemplo para todas las poblaciones originarias a no cerrarse, sino a ofrecer su indispensable contribución para una humanidad más fraterna, que sepa amar a la creación y al Creador. En armonía con el creado, en armonía entre todos”, concluyó el Papa.

Fuente: Aciprensa

Redacción: Natalia Monroy