Vie. Mar 29th, 2024

De manera virtual este miércoles 24 de junio se dio inicio al Encuentro Nacional de Directores de Pastoral Social, cuyo objetivo propuesto por sus organizadores es profundizar en el compromiso de atención solidaria en las múltiples crisis actuales por la pandemia, los conflictos violentos y la migración, y así trabajar en la construcción de una sociedad moldeada por los valores del Evangelio.

 

La apertura del evento la realizó monseñor Héctor Fabio Henao Gaviria, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social (SNPS) / Cáritas Colombiana, quien dio la bienvenida a los participantes asegurando que “este es un encuentro sinodal, gracias a todos los que hacen parte de esto. Este es un encuentro que nos invita a hablar con valentía y con libertad, en un diálogo que nos hace crecer como hermanos y hermanas, crecer en la experiencia del encuentro con el Señor”.

 

Posteriormente, monseñor Fabio Suescún, obispo Castrense y presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, hizo una presentación general de lo que trataría el evento que se extenderá hasta el viernes 26 de junio y lideró el momento de oración con los aproximadamente 175 participantes.

 

La actividad central fue el conversatorio interactivo “Las crisis derivadas del Covid-19 que nos interpelan como sociedad”, del que hicieron parte: Carlos Alfonso Negret, defensor del pueblo; Alejandro Girón, del Servicio de Acompañamiento Salesiano Online; y Faustina Rodallega, lideresa del municipio de Morales, Cauca.

 

Durante su intervención el Defensor del Pueblo, Carlos Negret aseguró que “desafortunadamente, las medidas de prevención que tenemos con ocasión del Covid-19 pueden afectar nuestros derechos. Actualmente tenemos una indisciplina social que no nos ha dejado tener un real aislamiento o distanciamiento social y medidas obligatorias que parecen mínima, como tener un tapabocas, no se hacen bien”.

 

El funcionario mencionó algunos de los errores que se han cometido en este tiempo de pandemia y que, por ende, ocasionan más crisis, por ejemplo, que la comunicación entre la Defensoría del Pueblo y las comunidades no han sido efectivas; los constantes pronunciamientos que realizaban los alcaldes o gobernadores generaron confusión en la población; y los resultados de las pruebas para Covid-19 no estaban a tiempo.

 

También enfatizó en que urge una reforma que le permita a los médicos tener un contrato que los respalde a ellos y su labor, se deben articular EPS con autoridades municipales para lograr un trabajo coordinado y mejorar laboratorios de salud pública.

 

La pandemia ha afectado muchos aspectos de la vida de las personas, ya sea a nivel físico, académico, laboral, económico y, sobre todo mental. El reporte de casos diarios y el aislamiento preventivo como medida de protección para mitigar el contagio del virus, ha hecho que muchos habitantes se sientan abrumados, ansiosos o que caigan en fuertes depresiones.

 

Y aunque diversas organizaciones, entidades gubernamentales y organismos eclesiales hayan implementado líneas de ayudas para brindar apoyo o acompañamiento psicosocial a quienes lo requerían, esto no ha sido suficiente para las personas.

 

Por su parte, Alejandro Girón, del Servicio de Acompañamiento Salesiano Online, aseguró que una de las grandes crisis que ha dejado esta pandemia es el miedo ante las circunstancias que se viven, sin embargo, este sentimiento es normal al ser una experiencia nueva por el que gran parte de la población no había pasado.

 

“Algo que conocemos y reconocemos en nuestro contexto es que no hemos dado la importancia suficiente y necesaria al cuidado y la promoción de la salud mental y psicológica de nuestra población. Hasta hace poco en Colombia se ha empezado a hablar de eso y qué hacer al respecto”.

 

La crisis también ha afectado a las poblaciones que desde hace tiempo se encuentran en estado de vulnerabilidad, ya sea por pobreza extrema, conflicto armado o por estar retiradas de las cabeceras municipales. En el caso de las comunidades campesinas, no han podido vender todos sus productos por la dificultad de transporte.

 

Faustina Rodallega, lideresa del municipio de Morales en el Cauca, señala “aquí en este departamento no ha habido demasiados casos frente al tema de la pandemia porque la misma comunidad, que hizo retenes, ayudó a evitar ese contagio, pero esos retenes también nos generaron impedimentos en el desarrollo económico porque no podíamos transportar nuestros productos”.

 

Para los pequeños agricultores esta pandemia representó un decrecimiento económico y pérdida de sus cosechas, lo que impactó en las ciudades, ya que al inicio del aislamiento preventivo hubo escasez de alimentos en plazas y supermercados.

 

Sin embargo, para esta lideresa los esfuerzos no deben centrarse en hacer circular la economía como antes, sino en reforzar los valores de cada persona. “Resucitar a la crisis generada por el COVID-19 no es mejorar la economía; es que cada uno mejore su persona y salga de su egoísmo porque cuando eso gobierna en los corazones nos impide hacer circular la economía, por eso primero basta con que cada uno ponga en cuidados intensivos a su propio corazón y aprenda a verse y vernos como un todo que nos necesitamos y dependemos unos de otros”, comentó Faustina.

 

La Iglesia católica y otras instituciones continúan trabajando por brindarle ayuda a la población más necesitada, aquella que se ha visto más afectada; no obstante, para Alejandro Girón, del Servicio de Acompañamiento Salesiano Online, se debe visibilizar más esta labor por los medios digitales, ya que esto generaría confianza con la comunidad y es una forma de fortalecer la conexión con quienes requieren un apoyo espiritual y psicosocial.

 

Fuente: Oficina de comunicaciones de Pastoral Social

Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia