Jue. Mar 28th, 2024

Aunque el Departamento de Nariño no es frontera con Venezuela, si limita al sur con Ecuador, uno de los tantos destinos escogidos por la población venezolana para establecerse y de esta manera huir de la crisis social y política de su país. Precisamente, el corregimiento de Remolino, por encontrarse sobre la vía Panamericana que conecta a los dos países, es paso obligatorio para los migrantes venezolanos que optan por ir hacia el vecino país, aunque, en su recorrido algunos han elegido quedarse a vivir en el territorio.

 

Según datos entregados por la alcaldía de Taminango, actualmente el municipio cuenta con la presencia de 300 ciudadanos provenientes de Venezuela con vocación de permanencia, de los cuales 210 se encuentran establecidos en Remolino, pues debido a su reconocimiento como destino turístico, es lugar de oportunidades laborales para la población venezolana, por lo menos así lo ven los migrantes que han llegado al corregimiento.

 

En este contexto, la Pastoral Social – Cáritas Pasto, en el marco del proyecto Asistencia en Salud y Wash a Familias Afectadas por la Crisis Migratoria Venezolana en Colombia, en trabajo conjunto con la alcaldía municipal, los líderes y lideresas y la población migrante del corregimiento, realizaron una jornada de limpieza comunitaria y remoción de escombros del caño del sector de Remolino Centro. En este lugar funciona actualmente la desembocadura de aguas negras y estaba siendo utilizado como botadero de basura, lo que a su vez produjo una crisis de salud ambiental entre los habitantes debido a la generación de malos olores, presencia de mosquitos y roedores.

 

Nosotros hemos venido trabajando con la comunidad de Remolino desde el mes de enero de 2020 cuando inició el proyecto. Lo que estamos haciendo a través de estas jornadas ambientales y de recolección de escombros, es mejorar las condiciones de salud e higiene para las personas de este sector”, manifestó Mónica Helena Prado, coordinadora del proyecto Asistencia en Salud y WASH a familias afectadas la crisis migratoria venezolana en Colombia de la Pastoral Social – Cáritas Arauca.

 

Un ejemplo de trabajo en equipo sin fronteras.


La jornada contó con la participación de aproximadamente 70 personas, entre las cuales se encontraban ciudadanos colombianos y venezolanos, que trabajaron en conjunto para embellecer, rescatar la imagen del sector y devolverle la funcionalidad al desagüe del caño, pues debido a la cantidad de basura, las aguas negras se estaban depositando en el sector.

 

 “Yo llevo viviendo dos años en Remolino y aparte de haber trabajado por el medio ambiente, lo que más resalto de estas jornadas es que colombianos y venezolanos trabajamos en unión por el bienestar de todos. Tenemos que seguir realizando este tipo de actividades que fortalecen los lazos entre todos”, señaló José Leonardo Vicent, migrante venezolano.

 

Esta es la segunda jornada de limpieza comunitaria y remoción de escombros que realiza la Pastoral Social – Cáritas Pasto en el marco del programa de salud ambiental, cuyos resultados han sido positivos, especialmente para la población migrante venezolana, pues estas actividades no solo contribuyen a mejorar su calidad de vida, sino a crear ambientes de convivencia en las comunidades de acogida.

 

En Pasto se tiene previsto la realización de dos jornadas de limpieza más; la próxima de ellas será en el Parque Toledo del municipio, donde desde ya se está invitando a la comunidad para que asista a esta actividad y de esta manera trabajar por rescatar la fuente hídrica que pasa por este sector.

 

 

 
Nota enviada en guion por las periodistas: Maira Celis y Johaved Orozco 
 

 

Fuente 1: Oficina de comunicaciones SNPS
Fuente 2 Conferencia Episcopal de Colombia