El asesinato de siete jóvenes el pasado viernes en la ciudad de Kuna Yala es solo la punta del iceberg de una situación de violencia y criminalidad que está socavando el futuro de los niños y jóvenes, al mismo tiempo víctimas y victimarios.
“La indiferencia no es una opción” advierte con fuerza el comunicado de la Diócesis de Colón – Kuna Yala ante la muerte de siete jóvenes, el pasado viernes, 17 de julio, de manos de la criminalidad. “Atravesada nuevamente por la espada de la violencia” – se lee en la nota – “lloramos y oramos por la muerte de nuestros jóvenes”.
Los cadáveres de cuatro mujeres y tres hombres fueron hallados, el sábado, en una zona boscosa y apartada en las orillas del Lago Gatún, en las afueras de la ciudad caribeña de Colón. Las víctimas eran parte de un grupo de 14 personas que el viernes partieron en un paseo hacia dicho lago. Siete de los que escaparon con vida, que al igual que los asesinados no tienen antecedentes penales, relataron que fueron atacados con armas de fuego por dos sujetos desconocidos que los sometieron.
Afrontar la realidad con compromiso
“No podemos mantenernos sólo con el impacto de la noticia” afirma la nota de la diócesis que exhorta a la comunidad a “afrontar la realidad” y comprometerse para combatir la violencia y el crimen “que envuelven a nuestros niños y jóvenes, convirtiéndolos en víctimas y victimarios”. Luego de aclarar que no se trata solo de un mal que aqueja a la provincia sino a todo el país, el comunicado pide a las autoridades tomar medidas serias, esclarecer estos asesinatos y llevar a los responsables ante la justicia.
“Cada vez que suceden estos actos, muestra el fracaso de nuestra sociedad, de las autoridades y de las Iglesias, que no hemos sido capaces de frenar los males que afectan a nuestra niñez y juventud colonense. Vivimos secuestrados por aquellos que se imponen con el poder de las armas y del dinero. Tal vez nuestro silencio nos ha hecho cómplices, pues nuestra indiferencia ha permitido que el crimen organizado y la violencia se adueñen de nuestra sociedad y de sus instituciones”, constata el comunicado de la diócesis.
Víctimas merecen respeto y dignidad
La nota manifiesta su repudio al “morbo” creado en torno a la noticia y, en particular, la divulgación de imágenes dantescas del crimen, por lo que exige encontrar mecanismos para prohibir y sancionar a quienes divulgan los videos de estos hechos y ser sancionados. “Entendamos – se lee en la nota - que estos jóvenes son personas que merecen respeto y preservar su dignidad; por ellos y sus familiares”.
Una madre que actúa, protege y defiende
La diócesis de Colón - Kuna Yala pide a la comunidad recuperar la capacidad de llorar “para que sea más madre, una madre solidaria con sus hijos, que se desgarra al recordar a los jóvenes que han muerto por la miseria y la violencia” pero que también “actúa, protege y defiende a sus hijos”. “Oramos por estos jóvenes masacrados, por sus madres y familiares, e incluso por los violentos, para que el Dios de la Vida, haga que se avergüencen, se arrepientan y se entreguen a la justicia por el dolor causado”, concluye.