Jue. Mar 28th, 2024

En Argentina empezó el 8 de diciembre un Año Santo Mariano, convocado con motivo de los 400 años del hallazgo de la imagen de Nuestra Señora del Valle, de Catamarca, una de las advocaciones marianas más populares en todo el país, y que más vinculo ha generado con el pueblo argentino, a través de historias que en muchos casos se han ganado el calificativo popular de milagrosas.

 

El inicio mismo de la devoción a la Virgen del Valle está marcado por milagros inexplicables. Su hallazgo es un prodigio. Como tantas veces, María a la gruta de Choya regresaba una y otra vez, señalando que quería quedarse con los indígenas, quienes le profesaban un amor de por sí suscitado de una gracia especial.

 

Uno de los milagros más evocados en torno a la Virgen del Valle es el que da cuenta un viejo jarrón de plata conservado al día de hoy, que misteriosamente había desaparecido del santuario ya erigido a la Morenita. Lo buscaban, pero no lo encontraban. Habrá sido hurtado, pensaban. Pero un día apareció un campesino procedente de Totoralejos, un remoto paraje cordobés.

 

El campesino se había encomendado a la Virgen del Valle para curar de una enfermedad fatal, y agradecido por la gracia, se había puesto en camino para peregrinar a su santuario. En el camino debía cruzar por extensas salinas, y no había agua para que él y su mula se hidratasen. Hasta que se cruzaron con este milagroso jarro en la tierra del que brotaban abundante agua que les permitió completar el peregrinaje. El campesino entregó el jarrón al cura del santuario, quien lo recibió incrédulo, pero quizá ya acostumbrado a los milagros de la Virgen.

En particular la Virgen del Valle es históricamente conocida por sus habilidades curativas. Ya lo era a finales del siglo XVII cuando un hombre rico y enfermo salió desde el Perú para peregrinar y encomendarse a la Morenita del Valle. El hombre, llevado por sus sirvientes, curó milagrosamente ante la Virgen y le dejó en agradecimiento una bella cadena de oro.

 

En el camino de regreso, a la altura de Santiago del Estero, se cruzó con alguien que lo había visto con sus dolencias y cuando le relató lo acontecido le expresó que se había curado gracias a la cadena de oro que había dejado como pago a Nuestra Madre. Esa misma noche, el hombre volvió a enfermar, y encontraron la cadena de oro debajo de su almohada. La Virgen no vende el amor gratuito que tiene para sus hijos. Entendieron la señal, regresaron al Santuario, el hombre volvió a curar y la cadena quedó para siempre en Catamarca.

 

Las historias se repiten al día de hoy, y conmueven tanto por lo inexplicable de las gracias, como por la peregrinación de los devotos. Para la celebración de la Fiesta de la Inmaculada este año, con la que se inaugura formalmente el Año Santo Mariano en la Argentina, han llegado decenas de miles; cada uno puede dar cuenta de gracias y milagros.

 

Un niño de 10 años caminó junto con su mamá desde Santiago del Estero, a 232 kilómetros, testimonio de la confianza que tiene en la Madre del Valle para darle larga vida a su mamá en la tierra. Son tantos los que piden por la salud de sus hijos; pero él pide por la de su mamá. O el grupo que llegó desde Tucumán con los pies heridos tras distancias que nadie hace ya sino es por amor a María; su camino es un signo. Vuelven a agradecer, pero a redoblar la apuesta pidiendo más, sabiendo que la Virgen cumple

 

Fuente: Aleteia