Jue. Abr 18th, 2024

El pasado 19 de enero comenzó a regir la nueva ley de educación de España, en medio de una fuerte polémica ya que su contenido es perjudicial para las familias y la educación católica.

 

Al respecto, Alfonso Aguiló, presidente de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE), aseguró y deploró esta ley que perjudica a las escuelas concertadas, que en su mayoría son católicas.

 

“Las escuelas concertadas son escuelas privadas que reciben una subvención de los gobiernos autonómicos (gobiernos de las regiones españolas) y que de esa manera resultan gratuitas en su enseñanza obligatoria para las familias” aseveró Aguiló.

 

El modelo de escuelas concertadas “permite que la oferta de educación sea mucho más plural, porque cualquier familia tiene acceso gratuito tanto a la enseñanza pública como a una pluralidad muy grande de escuelas que son privadas pero que reciben esta ayuda y gracias a eso son gratuitas”.

 

Cerca de dos tercios de estas escuelas, “que son más o menos el 25% de todas las escuelas del país, son católicas. Entonces, el hecho de hacer una ley que es hostil a esas escuelas concertadas, en cierta manera también es hostil en general para la escuela católica”.

 

Esta ley perjudica porque “busca hacer crecer la enseñanza pública para que, como resultado, las familias tengan menos opciones de escuelas concertadas para elegir”.

 

Otros aspectos negativos

 

Asimismo, el presidente de la CECE agregó que “se quieren eliminar las escuelas de educación especial, que son escuelas dirigidas especialmente a chicos y chicas con discapacidad”.

 

“Se quieren eliminar las ayudas a las escuelas diferenciadas, que son solo de chicos o solo de chicas, también se quiere dificultar la asignatura de religión, que ahora mismo tiene una enseñanza alternativa y se quiere quitar, etcétera. Hay diversos frentes en los que esta ley es bastante hostil a la enseñanza privada”, previno Aguiló.

 

La existencia y apoyo a la escuela concertada es esencial para garantizar el derecho a la libertad educativa y al derecho de los padres a elegir la educación de sus hijos.

 

Fuente del video: Mundo

 

“Al ser la mayoría de estas escuelas cristianas y al ser escuelas que tienen unos valores más definidos lo que hace la asistencia a esas escuelas es aumentar la pluralidad de oferta y la posibilidad de las familias de escoger una escuela conforme a sus propios valores, a sus convicciones, que tenga la formación que ellos desean para sus hijos”.

 

Se elimina la enseñanza de Religión

 

La Ley Celaá margina también la enseñanza de Religión en la escuela, garantizada por los acuerdos entre España y la Santa Sede.

 

Alfonso Aguiló recordó que “la asignatura de Religión, según los acuerdos con la Santa Sede, tiene que ser una asignatura como otra cualquiera del mismo nivel y tiene una asignatura optativa para los que no quieren religión”.

 

De esa manera, “se puede elegir entre religión católica, evangélica, islámica o judía y si no se quiere ninguna de ellas hay una asignatura alternativa. Más o menos en España ahora está eligiendo Religión como el 63% de las familias. O sea, es una demanda muy importante”.

 

Entonces, “si se deja de tener una asignatura alternativa Religión, la asignatura pasa a ser como una asignatura extraescolar que se da fuera del horario escolar y, por lo tanto, pierde oportunidades de ser suscrita por las familias, porque habrá muchas familias que no les vendrá bien dejar a su hijo al terminar la escuela para tener esta asignatura”.

 

En ese sentido, “nos parece que cuando una asignatura es tan solicitada libremente cada año por el 63% de las familias quiere decir que tiene un arraigo muy importante y que merece un respeto y, con independencia de los Acuerdos Iglesia-Estado, esta asignatura se debería respetar”.

“Hay que decir que, en Europa, prácticamente todos los países, salvo una parte de Francia, todos los países tienen oferta obligatoria de enseñanza de Religión en la escuela y es voluntaria para los alumnos. No es ningún privilegio para la Iglesia, es una realidad tan normal y tan habitual como es la música, el deporte, la literatura o cualquier manifestación cultural de nuestra civilización”.

 

 

Fuente: Aciprensa   

Nota enviada por la periodista Teresita Gonzñalez a webmaster